... esta fraternidad debería extenderse todo el año;

2023-12-31

 

Despertar conciencias

 

No soy quién para decir a nadie lo que debe hacer o cómo ha de vivir; y tampoco lo pretendo. Más bien se trata de una reflexión, un examen de conciencia, que de manera reiterada se instala en mi mente, especialmente en las fechas navideñas y de Año Nuevo. Del mismo modo que los fantasmas de las Navidades pasadas, presentes y futuras, visitaban al señor Scrooge, estos pensamientos acuden a mí conformando mi propio Cuento de Navidad, mostrándome el egoísmo y la indiferencia que impera en nuestra sociedad y señalándome un utópico camino de caridad, solidaridad y empatía. Son fantasmas generadores de remordimientos al presentarme escenas de la película de nuestras propias vidas, centrada en estas fiestas donde priman los deseos de amor, paz y generosidad, puro atrezzo, un decorado necesario en nuestra postal navideña, pero que no se corresponde en absoluto con la realidad. En lugar de intentar comprender y ayudar al prójimo, de ponernos en su lugar, de adherirnos a su causa, nuestra preocupación es acumular ingentes cantidades de comida, ¡y de la mejor!, imposible de consumir aun cuando muchos terminamos empachados y con unos indeseables kilos de más; escribir a los Reyes Magos para que obsequien a nuestros niños con todos los regalos que sus camellos son capaces de transportar, ¡y los más caros!, los cuales tras la sorpresa y alegría inicial acaban abandonados en cualquier rincón alimentándose de polvo; comprar regalos y más regalos, toda clase de detalles para decorar la casa, y la ropa más elegante, ¡y todo ello el último grito en modernidad!

En principio, quienes se lo puedan permitir y mientras no hagan daño a nadie, estarían en su derecho. Sin embargo, los fantasmas de mi cuento me dibujan otro escenario: ¿qué pasaría si, en lugar de atiborrarnos de comida, la compartiésemos con los que no la tienen?, ¿qué pasaría si, por muy bien que se hayan portado, nuestros hijos recibieran menos juguetes en favor de los niños más desfavorecidos?, ¿qué pasaría si regaláramos menos y donásemos más, si la decoración de nuestros hogares fuera más sobria y nosotros más solidarios, si en nuestro presupuesto en vestuario incluyéramos ropa de abrigo para quienes viven en la calle?

En las Navidades pasadas escribí un artículo titulado Solidaridad en Navidad, pues, no deja de ser cierto que en estos días abundan las iniciativas solidarias, y muchas personas, sensibilizadas por el espíritu navideño, se adhieren a ellas. Sin embargo,

esta fraternidad debería extenderse todo el año;

en este sentido creé un grupo de Teaming, https://www.teaming.net/navidadtodoslosdias, en el que, con la única aportación de un euro al mes (doce anuales) se puede conseguir que las personas sin recursos reciban ayuda, y no sólo en Navidad. Un ejemplo del que podría ser uno más de nuestros propósitos (fácilmente realizable) para el nuevo año 2024. Y nuestra conciencia nos lo agradecería.


Para dar tú opinión tienes que estar registrado.

Comments powered by CComment