MAMEN S. P. S. 

"Los niños, divinos tesoros por los que se hacen proezas como el amor desinteresado.

2024-12-29

 

Navidad, Navidad, dulce…

 

El tiempo corre que vuela, hace apenas un instante estaba muy bien acompañada en una heladería tomando un café frappé en una tórrida tarde de verano, y de repente, ¡chas! Como quien pasa de una habitación a otra, he entrado en un cambio ostensible de temperatura, de decoración, de vestimenta, de aclimatación a la luz e incluso de alimentación.
El Adviento, oh, esa época en que se prodiga la espiritualidad religiosa, que, con el fresco del tan necesario invierno, es la antesala de la celebración del nacimiento de un niño palestino, que sin quererlo ni beberlo lo han hecho macro conocido en el mundo entero cristiano, por obra y gracia de su Creador y del Espíritu Santo.

Los niños, divinos tesoros por los que se hacen proezas como el amor desinteresado.

 
Dicen que las mejores historias están escritas en la Biblia. La verdad es que creo estar de acuerdo. Un libro sagrado rico en símbolos que solo las personas más cultas alcanzan a su total conocimiento. Citas, salmos, versículos, cartas y tantas enseñanzas, más que al final, siempre acaban encajando como esas necesarias piezas en un precioso puzle.
Difiero de quién rechaza la Navidad. Defiendo y me sitúo del lado de quienes ansían que llegue. Me gusta. Los buenos recuerdos de mi infancia son los mejores de toda mi vida, y por ende lo son los de mis infantiles navidades.
Lo que no entiendo es la ausencia de respeto. Al parecer, cuanto más avanzamos en tecnología, más valores vamos restando a la naturaleza humana. ¿Será por qué es cierto aquello que dicen de que los músculos se atrofian de no usarlos? En este caso, los del cerebro y los del corazón.
El respeto es la veneración, el acatamiento que se muestra hacia tu semejante. El respeto es la consideración y la deferencia hacia las personas que deben de ser tratadas con iguales derechos a los que queremos que nos traten. No entiendo cómo, día a día, sucesos violentos ocurren por doquier. No hay descanso.
Ni con la COVID, ni con mil pandemias que pasemos o seamos supervivientes a ellas, aprenderemos la lección de lo bello que es vivir.
Más bien, creo que el pasado 2020, ha elevado a la máxima potencia los peores alientos que nos machacan hasta hacerlos realidad con nuestras propias manos, palabras y omisiones, mirando a otro lado.
Parece ser que no hemos aprendido a dejar los vicios atrás. Y como una infinita edición del pecado, recaemos en errores mayúsculos. Y presumimos de haber evolucionado en inteligencia…
Pues yo me niego a fluir en este maremágnum de totum revolutum. Mejor una sonrisa que un grito. Una caricia que un mal gesto. 
Decía el escritor francés, Anatole France, y con mucha razón, que “Si exagerásemos nuestras alegrías, como hacemos con nuestras penas, nuestros problemas perderían importancia”.
Así, aunque atrás ha quedado la Nochebuena, el día de Navidad, y el día de los Santos Inocentes, aún quedan símbolos y fechas por cuadrar, por celebrar y disfrutar. Sin más dilación, os deseo unas muy felices pascuas, que los buenos sentimientos de este Adviento se mantengan hasta el infinito, aunque sea empachoso para algunos. Es mi deseo. Y con ello, y con el cercano San Silvestre, me despido hasta el año que viene.


 

Para dar tú opinión tienes que estar registrado.

Comments powered by CComment

ARTESANOS DEL CONFORT