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Otro pilar de las poéticas del compromiso

2024-05-05

 

Enrique Falcón

 

Otro pilar de las poéticas del compromiso

Ya iba siendo el momento en que dedicáramos este espacio a uno delos grandes de la poesía de la conciencia crítica. El valenciano Enrique Falcón es autor de una extensa obra: ha publicado textos y poemas en libros (casi 20), en diversas revistas de creación y en publicaciones de determinados colectivos sociales, sindicales y políticos, así como escrito diversos trabajos de teoría literaria. Y ha ganado diversos premios literarios, entre ellos el Ojo Crítico de poesía por La marcha de los 150.000.000. Y, además, es anarquista, militante cristiano, insumiso al ejército y a la PSS y objetor fiscal a los gastos militares. Y, más además, es gran activista de muchísimas causas político-sociales y humanitarias.

 

Dice la crítica Araceli Iravedra que “Falcón se decanta por una escritura experimental que funda una comunicación irracional jalonada de imágenes y asociaciones insólitas, determinada por la incoherencia sintáctica, el encabalgamiento violento y la omisión de los signos de puntuación normativos, sin que falte la irrupción frecuente, como piezas inesperadas del collage, de fragmentos de discurso enunciativo asimilables al testimonio-denuncia periodístico.

 

Si queréis conocer más cosas de este inmenso poeta, buscad como siempre en las redes y, por supuesto, leed su poesía y sus libros, de la que aquí tenéis una pequeña muestra:

Canción del levantado

 

No adoptes nunca el nombre que te dé la policía

No acerques tu caricia a la piel del invasor

No comas de su trigo, no bebas más su leche

No dejes que tu alberca la vuelvan lodazal

 

No esperes casi nada de su magistratura

No reces en su lengua, no bailes con sus ropas

No pierdas nunca el agua que duerme a los guardianes

Ni alojes en su boca la sal de tu estupor

 

No guardes en el sótano más bombas incendiarias

No firmes con tu letra los presagios del poder

No tiendas más cadáveres en la comisaría

No esperes nunca nada de la voz del ataúd

 

No entregues tu camisa a ninguno de sus bancos

Ni viertas en tu vientre el pozal de una bandera

No lleves a tu amigo a los pies del impostor

 

No dejes que su lengua fructifique tras tu casa

 

No permitas a tus hijos,

nunca dejes a tus hijos

esconderse en su jardín.

 

***

 

Hoja de conquistas

 

las mujeres enfermas que jugaron con burros

las que cavaron tumbas en las palmas de un trueno

las sólo voz dormidas en los centros solares

las hambrientas de todo

las preñadas con todo

las hijas del golpe y de los sueños mojados

las que fijan continentes que dejaron atrás

las niñas con pimienta en sus quince traiciones

las de pan-a-diez-céntimos sin cafetería

las del turno de visita con oficios de muerte

las madres eternas de los locutorios

las arrasadas, las caratapiadas, las comepromesas

las terribles solitas en las salas de baile

las clandestinadas pariendo futuros

las oficinistas que ahogaron sus príncipes

las acorraladas

las desamparadas, las sepultureras

las del polvo sobreimpuesto y el trago a deshora

las poquito conquistadas

las niñitas vestidas con mortajas azules

las que cosen el mundo por no reventarlo

las mujeres con uñas como mapas creciendo

las hembras cabello-de-lápida

          (todavía más grandes que su propio despojo)

las corresquinadas, las titiriteras,

las que tierra se trajeron atada a los bolsillos

las nunca regresadas

las nunca visibles

las del nunca es tarde

las del vis-a-vis sin un plazo de espera

las reinas en los parques y en los sumideros

 

todas ellas las mujeres que me llegan con todos sus cansancios,

todas, en sigilo: las amantes

 

y mis camaradas.

 

***

 

Falseando alternativas

 

Ocurre que al amor le sigue

un rubor de tierra tras tu patio.

 

Ocurre que existe la injusticia,

su sal en el aullido

sin más temblor que la esperanza.

 

Ocurren las dos cosas

en el mismo tiempo que ambos preguntamos.

 

Y está por decidir

 

sobre qué posar la lengua

el poema que viene.

 

***

 

España y poesía, viejita y regañada

 (con la complicidad de Eladio Orta)

 

En mi país cocido de lejos buenamente con las tripas afuera

los poetas comen jeringuillas con leche

carne de avestruz

brotan de las cuevas con un poco de saliva

se derraman por el campo como niños sin dientes.

 

En mi país cuchillo en las trenzas de los buenos empresarios

no hay huelgas generales:

los poetas las evitan con un trapo en la boca

brotan de las cuevas con temblores de piel

y lamen los cercados de los hombres ricos.

 

En mi país castigo en periferia de los barrios más bellos

se prohíben cosas que no sean de madera:

con blancos mondadientes se arrancan los colmillos

los poetas honestos de todo el país

brotan de las cuevas con los párpados mudos

para luego calmarse con trescientos espejos

los poetas honestos de todo el país.

 

Mi

verdadero conflicto:

que me muerden mis versos,

que no tengo país.

 

***

 

Todos vosotros

 

Para ser la mano y la protesta

que combaten con pan la bruma en un cuchillo.

Para transformar el miedo largo que nos sitia

y decir que no hay victoria

ni en los perros del amo ni en su caza del hombre.

Porque van a mirarnos los hijos del tiempo

altamente en su grito hermano decisivo

cuando estalla con la siembra su asirse a la esperanza.

Porque la vida, pese a todo, importa y con ella resistimos,

así puedas tú abrirme y escucharme:

que aquí se te invita a levantarte.

Por detrás del precipicio,

clarea urgente el canto de la espiga

desde el suelo que sois todos vosotros.

 

***

 

Moltmann 1964

 

Lo mejor de todo

no es que en el 89 Fukuyama

—asesor del Departamento de Estado de EE.UU.—

no dijera nada nuevo

o viviera del cuento hasta el momento presente.

Lo mejor de todo

es que vienes tú a desmentirlo

de noche cansada, tú cuando regresas

y ocupas la casa, mi temblor y tu boca.

Lo mejor de todo entonces

es que abres el futuro

y recoges sus víctimas para ya no olvidarlas

reventando mis llagas en las llagas del mundo.

Lo mejor de todo entonces:

abrirme así las manos,

tantearme en lo imposible

y amarte mientras pueda.

 

***

 

Cuidado con el perro

Y con el amo.

Huele a padre de la novia, a

tejado a revisar trimestralmente

cuando faltan camas

en los depósitos para transeúntes de los urinarios,

cuando falta la estricnina en su corazón de buque.

Las uñas se escurren por los nombres entonces

tocando madera,

y al perro le bautizan Alicia,

otro hombre dispara.

Cuidado con el perro. No se admiten apuestas

para ver sobrevivir a los quiénes,

los cuálos,

los que han de morir

y etcétera.

 

***

 

 

Amonal para una fosa común

 

Uno se desnuda al paso

cuerpo añico adentro de las tardes tontas,

y se mira en las estatuas

compadece en sus masacres

todo cuanto hiciera sin salida.

Así uno se desnuda, se despoja de muertos

y ventila el cuarto

con un suave saludo de desaparecido.

Vamos a decir que no ocurriera

que no están vivos todavía

y ocupando despachos y brindando en sus fiestas

por todos los muertos felices.

Vamos a decir que ya han perdido,

que se les tira palomas en todos los zoológicos,

comenzando sus caras

a no ser demasiado,

a cubrirse de helechos y a vengarse las víctimas.

Uno se desnuda y enloquecen los trajes

al saber del aullido de los presos, las fosas,

–al

esqueleto amarillo

ya podéis odiarlo.

 

***

Cuando vengan a buscarle

 

Que le den un niño a cada árbol del bosque

para hacerse menta.

Que les pongan pies a las cruces del luto

y salgan, increíbles, a esperar a las visitas.

Que se escapen las novias

a su incendio de uñas pintadas.

Yo recuerdo su rostro encendido

en un arpa de tijeras y tormentas tropicales.

Que le vuelquen las manos

por detrás de la mortaja,

que señale al asesino,

para que no vuelva

para que no espere

para que no salga.

 

***

 

Ministerio de Agricultura y Defensa

 

Y quién desde luego prefiere

sentarse a ver morir sus trece años

en los bolsillos felices

de salir a tomar tierra. Quién

desde luego a pedazos

no despierta a los críos con una armónica triste

compadeciendo el parto y el fusilamiento de anoche.

Para que nadie lo vea

y desecar los pantanos

con la nueva ley de retribución en ajuste

los cultivos los muertos

se atiborran de brújulas

y se asoman al mundo con un gesto sin frío:

quien cuente con la espiga y la mañana

que venga

que venga

que venga

 

***

 

Patria, casa del padre

 

 Lo que cuesta escupirle

desde el lado de afuera de la pompa en jabón.

Sólo sale a las meriendas

desprovisto de armónicas y cajas

girando sobre sí como un grillo obsceno.

Ahora que su rostro peligrosamente herido

en su nostalgia de bestia

sube a la penumbra,

sólo podría salvarle del miedo

la espera deforme en sus manos

para hablarle, como siempre, de su patria encendida,

de su triste mentira en jabón.

 

***

 

Receta para militares de alta graduación

 

consiga usted primero que le mientan la hora,

que le rompan las insignias con un tallo de trigo

consiga, si lo tiene, despistar su cansancio

en una tarde húmeda cuando estallen las nubes

 

entonces no

tema usted la suerte:

 

un niño misterioso habrá de visitarle

entrando por su alcoba por donde venga el frío

 

allí ha de mirarle,

—justo en medio de la boca

—justo en medio de la herida

 

por donde cantan los hombres

que usted ha deshombrado

***

 

La marcha de los 150.000.000 

(Fragmento VIII/2)

 

ESTA es la comarca

donde dieron tu cuerpo a la llanura

donde tú, tus caderas

erais agua y volteo de matanzas, mano

meciendo el hambre, tú loca canción.

Dame un nombre con el que acusarte

ahora en que te tiemblo ante la tumba:

ésta, la comarca

–tu furia tierna en los delirios,

mientras mojamos tres dedos en la cruz,

flor para el caído

y puerta abierta en el lamento y los disparos.

 

           (Miente al filo de los últimos en caer

           invéntame tu historia

           sé de nuevo voz de la miseria

           en ti ésta es la miseria y su desnudo

           roba tú el poema de los carceleros

           invéntame

           agacha la cabeza).

 

Para salvarnos

para decirnos agua, espera, revolución, sábana vencida

para salvarnos hemos vuelto del desastre

y hemos sido abril, el mes que te rindieron

abril aullido

abril cansado,

abril de insectos tiernos en mi manta

abril boca

abril lúbrico de los muertitos en pendiente

abril luz

abril posible

abril tripa vértigo y lamento

abril torpe

abril de las estudiantes y el interrogatorio

abril sin

abril pequeño

abril de la tormenta, del pájaro, la estampida

abril de la que muerde sus manitas

abril de la niña loca

abril del hombre de gritos

(no yo):

abril de antes

abril verbo pulgar

abril niño sucio que caes de mi lengua

abril sucio

abril ensuciándome degollación de quiénes

abril en las detenciones paramilitares

abril de los perdidos

abril permiso para las masacres en los mapas

abril disparo

abril blanco es tu silencio en las tardes públicas

abril derrota

abril siendo

abril tú (no quiero)

abril de las barricadas, enormes, boreales,

abril del muchacho en hora

abril del que cantaba en mi piel

abril hasta donde tú no has venido

abril lejos

abril instrumento-para-hacer-revueltas

abril calculadas en los nichos de tortura

abril amarte

abril de la espalda caída detengo su flor

abril y

abril y

abril cansarte

abril responde a la voz de los vencidos

abril deforme

abril desecho

abril torcido

abril in

abril inacabado

abril para el proceso

abril para el proceso popular

abril para el proceso popular de los niños tontos,

para los que hemos venido a salvarnos,

para los de nunca y dónde,

agachándonos la cabeza,

                               disparando a la comarca.

 

 

 

 

 

 

 

 


 

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