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2024-07-14
Bailar por África
Para aquellos que de niños nos entreteníamos durante horas revisando mapas del mundo en los pocos libros que por entonces había en casa, Benín siempre nos traerá el recuerdo de aquel pequeño país llamado Dahomey, en el Golfo de Guinea. Esta antigua colonia francesa consiguió su independencia de la Comunidad Francesa el 1 de agosto de 1960, y en 1975 fue renombrado como República Popular de Benín. Un país, como tantos países africanos, que ha sufrido una constante riada de golpes de Estado que han llenado su historia de sangre, siguiendo los dictados e intereses de las urbes europeas. Produce oro, petróleo, mármol y caliza, una riqueza que en su mayoría viaja a Europa y China sin dejar nada a sus habitantes. Durante décadas fue conocido por una plaga de esclavitud infantil que llevó a miles de niños nacidos en familias sin recursos hasta las plantaciones y canteras de Nigeria, Camerún, Costa de Marfil o Gabón, donde trabajaban en condiciones infrahumanas. Muchos de estos productos siguen enriqueciendo los bolsillos de multinacionales europeas, ahora también hay que incluir a las empresas chinas que explotan con la misma impunidad. Esta situación obligó al gobierno a crear en 2004 el Comité Nacional de Protección del Niño (esperemos que también de la niña). Unas de las organizaciones que se han unido a esta lucha por los derechos de la infancia en Benín es la Fundación Juntos por la Vida, de Valencia. Esta ONG posee una escuela de música en Calaví, en el departamento de Atlantique. Allí los niños y niñas aprenden música, danza, español… con el que se quiere visibilizar y dar a conocer la cultura, la danza, las costumbres, percusión y cantos africanos, como parte de la defensa de los derechos humanos, porque como decía un cura mexicano que conocí hace unos años: “no hay que dejar de ser indígena para dejar de ser pobre”. La defensa de la identidad cultural de los pueblos es fundamental para el desarrollo sostenible de los mismos. De la escuela de Calaví nació el coro Voces Por Benín que está formado por 25 artistas de entre 6 y 18 años que este verano se encuentran haciendo una gira por España. Ya han actuado en Madrid, Alicante, Benidorm, Valencia y seguirán por Asturias, Cantabria, Castilla y León… con tremendo éxito de público. Su mensaje es claro: “Por los derechos de la infancia, y este año también sobre todo por La Paz que tanta falta hace en el mundo”.
Sus danzas, ritmos y sobre todo sus cantos emocionan de esa forma que solo el arte más puro sabe emocionar. Un arte que sale de la dignidad de unos niños que “solo quieren bailar”.
“Nuestras canciones hablan de los derechos de los niños y las niñas en África” dice uno de ellos. Su espectáculo también habla de sueños, de retos y sacrificios como los que cada uno de ellos debe afrontar cada día. Nos habla, precisamente, de comunidad y solidaridad, de que Juntos es la única forma de salir adelante.
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