![]() |
|
2024-07-28
Convivencia
La convivencia es una realidad posible para el ser humano, gracias a sus propias conquistas evolutivas, pero también es un logro que, siendo factible, es difícil de conseguir y de mantener. El filósofo Jorge Ángel Livraga expresó en numerosas ocasiones que la convivencia es el arte de vivir y dejar vivir, pero no como fruto de la indiferencia hacia los demás (porque la impasibilidad ante circunstancias negativas no deja vivir) sino como una actitud de compartir la vida, de disfrutar juntos de ella, de resolver juntos los problemas.
Esta idea de convivencia implica que vivir de la mejor manera posible, a lo que todos tendemos, no debe realizarse a costa de los demás. Ni que la manera de vivir de unos tenga unos efectos negativos en otros, o que detraiga las oportunidades de los demás. Este es uno de los motivos por lo que es tan difícil la convivencia.
La forma de llegar a esta fórmula de convivencia se encuentra también en la propia naturaleza humana, en el desarrollo de comportamientos y estrategias sociales basadas en la capacidad de ayuda mutua, de altruismo y empatía, que cristalizan en sentimientos tan humanos (y tan útiles para la convivencia) como la concordia o la compasión.
El amor, entendido como el movimiento del alma hacia aquello que nos falta, la voluntad de superar diferencias y llegar a acuerdos y la inteligencia de saber anticipar la postura del otro y construir espacios y tiempos comunes, son a modo de tres cajones repletos de las virtudes y valores correspondientes que ayudan en la convivencia. En este sentido, bienvenida la exhortación clásica ‘Conócete a ti mismo’ y todo su desarrollo filosófico, como camino para descubrir y activar todas estas posibilidades vinculadas al amor, la voluntad y la inteligencia, que nos hace mejores y permiten la convivencia real.
Para afrontar los retos humanitarios futuros será clave desarrollar desde ahora la convivencia y hay una sutil, pero definitiva diferencia entre vivir en un mismo tiempo y lugar y compartir la vida.
Lo primero da lugar a un conjunto anodino, lo segundo a una sociedad plenamente desarrollada.
La convivencia supone construir un vínculo basado en lo que nos une, nuestros valores y capacidades interiores activadas, de tal manera que llegada una situación apurada, la ayuda mutua surge de manera más natural y efectiva, posibilidad que se ve dificultada si el vínculo está basado en la única satisfacción de intereses particulares, que serán por definición egoístas.
La clave para afrontar las futuras crisis de toda índole está en la convivencia. Y la convivencia se construye, de nuevo, mirando al interior y recomponiendo lo que nos une a los demás y al resto de la Naturaleza. ¿Qué mejor propósito para los próximos reencuentros con familiares y amigos?
Para dar tú opinión tienes que estar registrado.