... libre del poder adquisitivo.

2024-03-24

 

Felicidad, Árbol y Poesía

 

Los “días mundiales” sirven de aldabonazo en las conciencias, públicas y privadas, sobre cuestiones relevantes para las que no es admisible que caigan en el olvido, y en los últimos días se sucedieron tres celebraciones que componen juntas un escenario muy evocador.

El miércoles 20, además de la entrada astronómica de la primavera, se celebró el Día Internacional de la Felicidad, vigente desde 2013 e instaurado como tal por las Naciones Unidas a propuesta del rey de Bután, sobre la idea de la Felicidad Nacional Bruta, como un intento de medir si una sociedad se encuentra bien encarrilada a la consecución de la felicidad por parte de sus ciudadanos, y para ello esta FNB se basa en la medida del bienestar psicológico, el uso del tiempo, la vitalidad de la comunidad, la cultura, la salud, la educación, la diversidad medioambiental, el nivel de vida y el Gobierno.

El jueves 21 coincidieron numerosos temas, pero destaco dos: el Día Mundial de la Poesía, instaurado por la UNESCO en 1999, y el Día del Árbol, que se celebra en España a partir de 1915. El primero tiene como objetivo promover la poesía en todo su contexto, mediante la enseñanza, difusión y publicación de esta forma tan particular de uso del lenguaje para expresar el invisible mundo de sensaciones y percepciones interiores y la diversidad creadora de la humanidad. El Día del Árbol en nuestro país empezó a celebrarse en diferentes lugares a lo largo del siglo XIX y mediante una Real Orden del Ministerio de Gobernación de 1915 se instaura en todo el país.

Aunque cada celebración ha tenido una trayectoria y motivación diferentes, no cabe duda de que están relacionadas. La belleza es uno de los más intuitivos nexos de unión entre el árbol y la poesía, y la belleza es una de las materias primas con las que se levanta la felicidad. La percepción de la belleza, tan variada y diversa como la propia humanidad, da lugar al amor, el gran baluarte de la esencia humana. La posibilidad de sentir la belleza en alguna de sus infinitas formas es una de las cualidades interiores que quedan en el fondo del vaso cuando la vida lo derrama de un manotazo y nos sumerge en una crisis. Y la belleza en forma de esperanza nos impulsa a levantarnos de nuevo.

Preservar la integridad de los árboles y sembrar de poesía, nuestros corazones son acciones muy relacionadas entre sí, a partir de un común denominador, la sensibilidad, cualidad universal en el ser humano y al desarrollarse permite descubrir muchos tesoros interiores en forma de valores, virtudes y capacidades, que llevados a la práctica proporcionan una forma íntima de felicidad,

libre del poder adquisitivo.

Todos los seres humanos necesitamos la naturaleza representada en un árbol, la poesía como instrumento del deambular interior y la felicidad profunda como objetivo vital.


 

Para dar tú opinión tienes que estar registrado.

Comments powered by CComment