![]() |
SEBASTIÁN LÓPEZ MATEOS "De aquellos polvos, estos lodos. |
2025-05-04
Cuarenta años de apagón
Alguien manifestaba, no hace mucho, que quien pueda hacer que haga. Traducido para que se entienda, lo que quería decir es que cualquier acción vale para acabar con el gobierno “social-comunista”, fuera desde lo propiamente político, la judicatura, los medios de comunicación… o desde otras instancias que solo con pensarlo da escalofrío. Somos muchos y muchas, la mayoría quiero pensar, los que a lo largo de los años venimos diciendo que no hay que escamotear ningún tipo de esfuerzo para reforzar y profundizar la frágil democracia resultante de la Transición, combatida en sus inicios por las fuerzas residuales del franquismo y atacada sin cuartel por las fuerzas reaccionarias y de ultraderecha, herederas de la dictadura, en la actualidad.
De aquellos polvos, estos lodos.
No haber explicado sin paños calientes, no haber llamado a las cosas por su nombre y no haber mostrado con claridad los horrores del franquismo, sobre todo en los centros de enseñanza, ha tenido consecuencias. No decir, por ejemplo, que entre 1939 y 1946 fueron ejecutadas 50.000 personas del bando republicano ya derrotado (Julián Casanova) y que las ejecuciones y los consejos de guerra fueron mantenidos hasta la propia muerte del dictador, ha contribuido a que hoy puedan campar, entre ellos jóvenes, por nuestra solar patrio, gentes abominando de nuestro sistema democrático y justificando la necesidad de un régimen autoritario que ya conocemos en otros países actualmente: en los EE. UU. con Trump, en El Salvador con Bukele, etc.
Especialmente me dirijo en este artículo a los que con esmero destacan las “excelencias” de la dictadura en la que, según ellos y ellas, se vivía mejor. Sonará el apellido de Pilar Primo de Rivera, que decía: “Las mujeres nunca descubren nada; les falta el talento creador reservado por Dios para inteligencias varoniles”, primera perla.
En el Código Civil de 1889, derogado en La República y puesto en vigor por el régimen franquista, el marido era el único administrador del matrimonio, el representante de la mujer, al mismo tiempo que se declaraba a la mujer inhábil.
Segunda perla. Antonio Vallejo Nájera, psiquiatra y militar del franquismo, escribía: “Si la mujer es habitualmente de carácter apacible, dulce y bondadosa se debe a los frenos que se ejercen sobre ella; pero como el psiquismo femenino tiene muchos puntos de contacto con el infantil y el animal, cuando desaparecen los frenos que contienen socialmente a la mujer y liberan las inhibiciones fregatrices de las impulsiones instintivas se despiertan en el sexo femenino el instinto de crueldad y rebasa todas las inhibiciones inteligentes y lógicas”. Si el intelectual de cabecera de Franco podía escribir esto no nos puede extrañar que el artículo 428 del Código Penal de 1944 contemplara la posibilidad de que el marido que mataba a su mujer podía ser absuelto. O que si el marido cometía adulterio no infringía las leyes matrimoniales, pero si lo cometía la mujer sí.
El retroceso que supuso para nuestro país entrar en ese túnel oscuro y sin fin, que fue la dictadura franquista, no impide que estén surgiendo fuerzas ultraconservadoras y neofascistas que añoran aquellos tiempos y, hoy desean, volver a lo que nunca debimos vivir. Los que estamos convencidos de que la democracia es el sistema que nos permite convivir y construir una sociedad más justa, más solidaria y en paz, no debemos guardar ni un gramo de nuestro empeño para conseguirlo, con nuestro trabajo y con la palabra.
No permitamos que vuelva un nuevo apagón para la libertad, para la fraternidad y para la solidaridad.
Para dar tú opinión tienes que estar registrado.