SEBASTIÁN LÓPEZ MATEOS
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2024-11-03
Pensionistas patriotas
Cinco y media de la mañana, suena el despertador, sin pereza, con ilusión compartida, y con una mochila pesada que te dan los achaques de los años, nos ponemos en marcha. Seis y media, nos unimos a más ciudadanos y ciudadanas, algunos de ellos viejas compañeras y compañeros en multitud de batallas, para coger un autobús que nos llevará a la capital del reino, pero que a todos los que viajábamos nos gustaría más si fuera la capital de la III República; pero todo no se puede tener, al menos sí tenemos salud, sin entrar en detalles, como decía un amigo. Diez y media, ya estamos en la Plaza de Atocha, lugar del encuentro de miles de hombres y mujeres que habíamos llegado de todos los rincones de nuestro país.
Esperaba encontrarme allí con una legión de fotógrafos de los medios de comunicación expectantes, pero no, apenas unas cámaras recogiendo la imagen de un rostro famoso, de un partido conocido, respondiendo a alguna pregunta, vaya usted a saber con qué caso de actualidad. Porque una vez más denuncio que no nos merecemos que se nos trate con tanta falta de respeto, sobre todo a personas que, además de llevar a la espalda muchos años de briega, también llevamos otra carga de dignidad. Y maldita sea el protagonismo que deseamos; solo reclamamos atención para que transmitáis nuestras reivindicaciones.
Unas pensiones públicas suficientes para las pensionistas de hoy y de mañana que permitan una vida digna, que se acabe con la brecha de género que condena a las mujeres a tener pensiones más bajas, que se pare la intención de los fondos buitre y sus colaboradores que pretenden privatizar las pensiones para llenarse sus bolsillos, que se incrementen las pensiones en la misma proporción que lo hace el IPC, que las pensiones más bajas se igualen al salario mínimo interprofesional son las reivindicaciones que, entre otras, se hacían por una manifestación unitaria de todas las organizaciones de pensionistas del país.
Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar, es una frase archiconocida de un ciudadano ejemplar, Marcelino Camacho, que de estar vivo hubiera asistido a la manifestación.
Gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden, es el lema popularizado por todas las plataformas del país en defensa de las pensiones públicas para decir alto y claro que nadie nos va a doblar, ni domar, ni domesticar. A aquellos partidos, a los medios de comunicación, y, mucho más, a los bancos y fondos de pensiones que pretenden enmascarar sus verdaderas intenciones les decimos que nos van a tener enfrente con un arma muy poderosa: la legitimidad que da la dignidad, la honestidad y la lucha acumulada de miles y miles de mayores. Sí, sabemos que tenéis armas muy poderosas, pero, aun así, no vamos a cejar en deciros que nuestra lucha continuará.
Son las ocho de la tarde, con frío, lluvia y cansados, llegamos a casa, pero al mismo tiempo satisfechos de haber compartido un día reivindicativo con miles de patriotas.
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