... el acierto tiene antónimo y se explaya con más ruido y sangre que arrepentimiento y construcciones vitales.

2023-11-19

 

28 escusas y 1805 noches

 

Importar arte de otros países sin perder la identidad propia es alcanzar un nivel excelso. Paralelismo aprehendido por pocas personas. Abordar los informativos sentado al filo de la mesa, tener una seña de identidad como imagen típica, con unas gafas, un flequillo, una corbata, algo que te identifique como especial es válido si se acompaña de un buen contenido. Ese era Carrascal, el periodista genial que atraía público en La 2, a pesar de que la franja horaria de los informativos no fuese la común. Tener plena conciencia de que eres un ave rara te hace imparable.  Tan imparable que escribir y borrar forma parte de una arqueología satisfactoria descubriendo tesoros en un mundo original. Porque solo el tiempo nos parará cuando se nos acabe.

Todos sabemos que vamos a morir. Esa es la realidad, queramos mirarla de frente o negarla. En algún momento nos han comunicado con laxas palabras que alguien cercano en nuestra vida ha muerto. Dedicar el tiempo a cosas banales es un total desperdicio. Cierto. Las pérdidas de seres queridos y la enfermedad nos dan lecciones de vida, por lo que somos conscientes de ello. Pero tenemos tendencia a olvidar rápidamente y banalizar lo aprendido. Obviar la rotundidad… qué idiotez.  ¿Quién le iba a decir a una joven catalana, en la flor de su vida, que pletórica por sanas metas de futuro conseguidas, viajó con sus padres a Madrid para celebrar el buen fin de sus estudios, que un árbol iba a ser derrotado por la borrasca Ciàran y que en un paso de peatón le sesgaría la vida?

A veces, los mejores argumentos se vuelven en nuestra contra. Confiamos en los de “arriba”, creyendo que sus decisiones son acertadas, como es el caso de la ONU. Pero

el acierto tiene antónimo y se explaya con más ruido y sangre que arrepentimiento y construcciones vitales.

¿Hubo honradez en la comunidad internacional cuando metió la cuchara en el “flan” de Palestina? Visto lo visto desde este horrible presente, he de decir que se equivocó, porque un roto no se puede arreglar con un descosido. Muertos y más muertos es el fatal desenlace de esta guerra, vidas humanas, la de no sopesar los actos y sus efectos secundarios, porque la soberbia, la arrogancia, la prepotencia y la obstinación, son un “sapo” vomitivo para tragar.

Como las 28 escusas y 1805 noches, que bien podría ser el título de una canción, pero no lo es. Se trata de las excusas verbales y escritas, y el tiempo que ha transcurrido desde que el 4 de diciembre de 2018 en que caducó el CGPJ, que han utilizado los jueces para rebullirse y arrellanarse en sus sillones. 28 excusas repetidas e inventadas con sus 1805 noches de oscuridad y nocturnidad. Y esta situación, ¿no es inconstitucional? Podría hacer un trabalenguas al caso:

“El inconstitucional CGPJ, está inconstitucionalizado. Quién lo desconstitucionalizará. El buen desconstitucionalizador que lo desconstitucionalice, buen desconstitucionalizador será”.

28 excusas y 1805 noches que han contribuido a que estos tiempos sean más oscuros. Época en la que se oyen voces contradictorias, conversas, acertadas y equivocadas. La ilegalidad, la inconstitucionalidad, o cualquier anomalía siempre tendrá una explicación llegada el caso de querer hacerlo. Pero quedará expuesta la maldad con la que se ha obrado. Por supuesto. Si no, será una excusa más.

Entender el mundo y pretender hacer nuestras cosas como un acto gratuito es brutal, liberador, pero a veces solemos perder la compostura en ello sin darnos cuenta de que lo estamos haciendo, dejando fluir la serotonina a raudales. ¿Quién tiene pereza con la lectura? ¿Es posible? Sí. Hace poco escuché un comentario de una persona que decía que quien no había leído a Kafka no podía llegar a ser artista. La crítica o reproche para etiquetar es gratis pero no siempre acertada.

Aunque la cotidianeidad a veces ciega el razonamiento. Porque, no me digan ustedes, ¿qué lógica tiene en la vida diaria que pidamos a un restaurante para que nos traigan a casa una pizza, que será redonda, vendrá embalada en una caja de cartón cuadrada y será cortada en porciones triangulares? Y, aun así, sin darnos cuenta, lo aceptamos como algo trivial.

Pues les dejo pensar unos minutos… No es una excusa.

¿Ya? Pues como persona responsable, que lo soy, daré una explicación, y no dejaré transcurrir las noches…

La pizza es redonda porque su formato circular es más fácil para amasar y hornear. La caja es cuadrada porque en su manufactura cuadrangular se ahorra cartón en el embalaje. Y se reparte en porciones triangulares porque el prorrateo es más equitativo.

Maquillar la información, ocultar, distorsionar con tantos subterfugios es seña de identidad de paralelismos destructivos. Cuando queremos hacer algo, está claro que lo hacemos… así sin más. Lo demás son excusas.


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