"La gente de bien es un concepto arcaico y raruno. Porque la gente de bien, para ser de bien, bien, como decimos cuando queremos enfatizar, no solo tiene que parecerlo, además tiene que serlo.!"

2023-02-26


Todavía no se ha terminado de lograr en Estados Unidos de América, el asimilar que la raza negra no es inferior a la blanca, lo vemos con frecuencia en los informativos cuando fuerzas del orden asesinan sin pudor, sin preguntar y a bocajarro. Decidieron estigmatizarlos y utilizarlos como esclavos, traerlos de África porque les salía más barato y tenían cierta inmunidad ante algunas enfermedades, pero traerlos como objetos, como propiedades. También en la India el sistema de castas crucifica a las personas según su origen familiar. Según su casta pueden comer algunos alimentos, relacionarse con algunas personas, pero dentro de su propia casta, así se perpetúan en la pobreza y además estratifican para que siempre vean que aún existen niveles que están peor que ellos. Seguro que si buscamos encontraremos cientos de casos más donde el clasismo y ese pestazo categórico que emanan algunos por creerse superiores por derecho hace estragos. Aquí mismo donde la gran Europa nos amamanta estamos aún dejando claro que hombre no es más que mujer y todavía muchos, muchas y muches no se enteran.

Como si no tuviéramos suficiente con estas luchas ahora se escucha hablar de la gente de bien. La gente de bien es un concepto arcaico y raruno. Porque la gente de bien, para ser de bien, bien, como decimos cuando queremos enfatizar, no solo tiene que parecerlo, además tiene que serlo.

Porque para ser de bien no solo basta con no robar, no matar y cumplir con los diez mandamientos. Para ser de bien hay que ejercer el bien. No vale con vestir de traje y corbata, sonreír a todas horas y luego explotar a tus trabajadores, estafar todo lo que se puede sin que se note y salir de rositas ante los tribunales y la quema de brujos y brujas (A los brujos ¿también se les quemaba?).

Lo más parecido a la gente de bien que se me ocurre, es ese cristiano que nos enseñaban en la escuela y escasea lamentablemente. Ese que reparte lo que tiene para ayudar al prójimo, ese que alimenta el alma antes que el cuerpo. Que no tiene porqué ser cristiano, puede ser judío, puede ser del frente judaico popular o del frente popular de Judea. Puede ser de todos los colores, sexos y olores.

¿Dónde está esa gente de bien? Estarán en las misiones africanas, en las guerras mundiales o cooperando por un trozo de carne que llevarse a la boca.

Pero no me hablen sus señorías de la gente de bien como si existiera un “buenómetro” que solo ustedes poseen y aplican según sus ilustres criterios. No me digan ustedes que gentes de bien son todos estos señores y señoras que eluden a la justicia y persisten en sus cargos perpetuándose hasta el abismo negro de Hellm. Dejen de clasificar a la población por sus cuentas bancarias, si las tuvieran, dejen de condenar moralmente a las personas que habitan este pellejo taurino que es España dónde no sabemos ya si nuestros gobernantes son un reflejo del pueblo o si es al revés como sucede. 


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