25-09-2022
Lo podrán llamar como quieran. Lo podrán hacer con más bombo o menos platillos. Lo podrán vestir de lagarterana o con faldas escocesas. Podrán gritar a los cuatro vientos que lo hacen por todos los andaluces, pero demuestran día a día que solo les interesan los andaluces ricos y poderosos que siguen siendo los que tienen sumida a nuestra comunidad (la de más población de España y la más grande territorialmente, solo por detrás de Castilla y León) en la cola de este país en todos los parámetros.
La verdad que, personalmente, tengo que darles la enhorabuena a los periodistas de nómina de la derecha, a sus voceros mediáticos y a todos aquellos “expertos de todo” y “conocedores de nada” que se han encargado de demonizar el impuesto de patrimonio y de vender las bondades de su eliminación, creando eufemismos y argumentos que han logrado calar hasta en el pobre mendigo de la esquina.
Tras la noticia, los cientos de andaluces que viven en el barrio de Salamanca (la zona donde residen los mayores beneficiarios de la PAC) han festejado con botellas de Moët & Chandon el fin del exilio económico que les había llevado a residir fuera de las tierras de sus padres, de sus abuelos, de sus bisabuelos, de los bisabuelos de sus bisabuelos, … de los señoritos y terratenientes de siempre, y que solo podían volver para el Rocío o la Feria de Abril.
Resulta que solo 19.000 andaluces se van a beneficiar de que le eliminen ese impuesto al patrimonio. El resto de los 8.500.000 andaluces y andaluzas se van a ver beneficiados en la alegría y la sonrisa de que los que más tienen en esta tierra menos paguen. Y la consejera manifiesta sin vergüenza ni pudor alguno, que, con esta medida, pueda atraer a, al menos, 7.200 catalanes a residir en Andalucía. Y así puedan empadronarse en Salobreña o Marbella y controlen sus fábricas y empresas situadas en Cataluña, tumbados con un mojito en la playa. Las fábricas no se las traerán, pero … ¿y la calidad de vida que conseguirán?
Me imagino al pobre rico catalán que al conocer la noticia se haya puesto manos a la obra y haya comenzado a desmantelar sus fábricas, despedir a sus empleados, empaquetar sus maquinarias e iniciar el traslado de todo su emporio a Andalucía. Porque es lo normal y no esperamos menos de esta medida, ya que sus 19.000 primos andaluces que van a dejar de pagar por sus riquezas ya le están dejando sus sofás para que se vengan a Andalucía y comiencen una nueva vida con los millones que tienen. Eso sí, que hablen español o no ponen un pie más allá de Despeñaperros.
Pobres ricos andaluces que han tenido que ir mendigando por las sedes del PP para que les quitase ese injusto impuesto que solo paga el, atención, 0´22% de andaluces, y exactamente el 1,2% de los electores que votaron al PP en las pasadas elecciones andaluzas. Por lo que el argumento de que lo hacen por los andaluces o lo hacen porque los andaluces los eligieron, se cae por sí mismo. Ponen en marcha estas medidas porque se deben a los señoritos y grandes propietarios de nuestra tierra que son los verdaderos culpables del atraso socioeconómico de Andalucía desde hace siglos, y que siguen vendiendo la riqueza de nuestra tierra sin invertir y sin hacerla prosperar, solo recoger, solo poner la mano y dar la espalda a los que vivimos en nuestra tierra y la trabajamos.
Estos son los mismos que luego venden el aceite a los italianos antes de que llegue a sus fábricas; son los mismos que tienen sus embotelladoras en Burgos, Soria o San Sebastián; son los mismos que venden los jornales a aquellos jornaleros y jornaleras que no consiguen los días mínimos de trabajo en el campo; son los mismos que obligaron a sus manijeros a salir a cortar las carreteras mientras le ponían a él un fino en el Casino; son los mismos que deciden quitar el olivar tradicional y poner plantaciones de superintensivo que acaba con el empleo en los territorios…
Voy a poner un caso; en Andalucía hay diagnosticados unos 800 enfermos de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). Suponen el 0,009% de la población andaluza, pero si contamos también a sus familiares que deben cuidar y encargarse de dichos pacientes, llegaríamos al 0,03% de la población andaluza. Y estamos hartos de escuchar, de leer y de ver que no invierten en la investigación y la ciencia para encontrar los medicamentos para esta dura enfermedad, por el triste y vergonzoso razonamiento de que es una enfermedad que afecta a un número muy pequeño de población. ¿Con lo que se recaudaba y se deja de recaudar se podría dirigir a la investigación de la ELA y a ayudar en recursos, medios, calidad de vida, servicios, ... a los enfermos de ELA y sus familiares? Como supondrás, claro que sí. Y entonces, ¿para quitar impuestos a los pocos ricos de Andalucía no hay población pequeña, no?
Lo público es de todos. Los servicios públicos lo pagamos entre todos. Y todos según nuestra riqueza (de manera progresiva) debemos aportar a mantener los servicios públicos que den cobertura general a todos los andaluces y andaluzas.
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