... hija de unos campesinos que habían buscado en la ciudad la fortuna que les faltó en el campo, 

2023-11-19

 

Anulika

 

Su nombre ficticio es Anulika, viste vaqueros ajustados y camisa ancha de lana que le cae por el brazo izquierdo dejando desnudo el hombro, su piel azabache brilla bajo los rayos de luz de este extraño otoño. Se lleva a los labios un té que despliega un intenso aroma a hierbabuena. Mira con recelo, pero finalmente habla con cierta fluidez un español aprendido en las calles y carreteras de este país al que ama y odia a la vez. Anulika nació en Benín City, Nigeria,

hija de unos campesinos que habían buscado en la ciudad la fortuna que les faltó en el campo,

siempre apegados a su vida tradicional y a la magia tan extendida en aquella parte de África. Los europeos hemos acabado por separar las diferentes facetas de la vida en compartimentos estancos donde ciencia, religión, magia, medicina… conviven, pero no se mezclan, para el africano es muy diferente, ninguno de los anteriores conceptos se puede separar de los demás. Por eso se puede comprender que alguien como Anulika acabe atada a una red de prostitución a través de misteriosos lazos de vudú, que no solo la obligan a vender su cuerpo para enriquecer a otros, sino que le impide incluso huir cuando tiene la posibilidad. El miedo a los espíritus convocados por sus captores, el miedo a los males que aquellos pueden hacerles a ellas en España o en Nigeria, a sus familiares, las deja maniatadas. Anulika fue captada a través del método de “loverboy”, un chico, generalmente residente en Europa, las enamora con promesas de una vida mejor o utilizando los famosísimos “hechizos de amor” para hacerlas viajar por propia voluntad hasta España. Este hechizo consiste en una ceremonia en la que el hombre que pretende enamorar a una mujer se somete a una serie de incisiones en la frente en las que se le introduce unos polvos cuyo origen solo el médico tradicional conoce, basta con repetir tres veces el nombre de la mujer para que esta entregue su voluntad al hombre. El “magún” es otro de los hechizos de los que habla Anulika, para impedir que las mujeres sean infieles, pues pueden morir si desafían al hechizo. Existe otro con el que se consigue dominar a la persona que lo recibe, este es el que reciben la mayoría de las mujeres nigerianas que se prostituyen es España (Un 10 % del total, según el Colectivo Hetaria) y el mismo que recibió Anulika por parte de su “loverboy”. Asegura que le puede hacer morir si no cumple su voluntad. Después de años en España, Anulika descubrió el hechizo del que era víctima y lejos de buscar una solución, confiesa entre risas que ahora es ella la que utiliza ese mismo hechizo para dominar a sus clientes, por eso es feliz y recibe grandes regalos sin tener que entregar su cuerpo más que a aquellos que a ella le apetece. Finalmente, se marcha calle abajo, mezclándose entre la gente, dejando atrás dudas y mil preguntas, la certeza de que África es otro mundo. Sobre todo, que es imposible comprenderlo todo.


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