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JORGE VALVERDI "libera oxitocina y vasopresina, |
2025-10-05
El "cerebro emocional"
El "cerebro emocional", conocido como el sistema límbico, es el epicentro de nuestras respuestas afectivas, jugando un papel protagonista en el fenómeno del enamoramiento. Es una respuesta biológica y química que toma el control, haciéndonos creer que hemos encontrado al "amor de nuestra vida".
Todo comienza con la atracción inicial, que activa áreas clave del cerebro. El hipotálamo, una pequeña, pero poderosa región, libera dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer y la recompensa. Este químico genera una sensación de euforia y nos impulsa a buscar más contacto con esa persona. Esta oleada de dopamina nos llena de una energía inagotable y una felicidad desbordante, motivándonos a estar cerca de quien nos cautiva. En esta fase, nuestro cerebro nos recompensa por cada interacción, reforzando la idea de que esa persona es la fuente de nuestra alegría.
Paralelamente, el cerebro reduce la actividad en la corteza prefrontal, la región responsable del pensamiento crítico y la toma de decisiones racionales. Esta disminución en la actividad cognitiva nos hace menos propensos a ver los defectos de la persona amada, una razón por la que el amor se considera "ciego". Nuestro cerebro desactiva temporalmente el escepticismo, permitiendo que la idealización tome el control. La persona amada se convierte en una versión casi perfecta, libre de imperfecciones, lo que refuerza la convicción de que es única y excepcional.
El cerebro emocional también libera oxitocina y vasopresina, hormonas clave en la creación de lazos y apego. La oxitocina, conocida como la "hormona del abrazo", se libera durante el contacto físico y el sexo, fortaleciendo la confianza y la intimidad. La vasopresina, por su parte, fomenta la fidelidad y el apego a largo plazo. Juntas, estas hormonas crean un vínculo poderoso que trasciende la simple atracción inicial, generando una sensación de seguridad y pertenencia. Nos hacen sentir que esa persona es nuestra pareja ideal, no solo en un sentido romántico, sino como un compañero vital. Además de estas sustancias, el enamoramiento también implica la activación de los centros de la memoria. Cada interacción se codifica con una carga emocional positiva, consolidando la idea de que la relación es especial y duradera. El cerebro crea un "mapa" de la persona amada, asociándola con sentimientos de bienestar, seguridad y felicidad, lo que nos lleva a creer que, sin ella, nuestra vida sería menos completa.
En resumen, el sentimiento de encontrar al "amor de nuestra vida" es una compleja sinfonía bioquímica orquestada por el cerebro emocional. Desde la euforia inicial impulsada por la dopamina hasta el profundo apego creado por la oxitocina y la vasopresina, nuestro cerebro nos guía en un viaje que transforma la atracción en un profundo, y a menudo ciego, compromiso. Esta combinación de química, biología y psicología es la fuerza invisible que nos hace creer en el poder del amor verdadero.
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