11-09-2022

Los efectos de la guerra se sienten de forma muy dura en las familias trabajadoras de este país y de toda Europa. La inflación, casi olvidada, ha aparecido cuando apenas salimos del terrible “trago” de la pandemia. Qué prueba más difícil para todos y que años tan difíciles también para un gobierno de España que, -quién diga lo contrario miente de la forma más burda-, no ha parado de buscar respuestas y adoptar medidas que ayuden a las familias a pasar estos años tan crueles.

Lo que no he llegado a entender es la posición de la derecha en este escenario, y la forma en que ha desencadenado un ataque feroz y furibundo contra quien decidió que esta crisis no la iban a pagar lo de siempre. Menos aún, teniendo aún fresca la respuesta de los gobiernos de Rajoy a las dificultades de la crisis que le tocó administrar.

En medio de una fuerte inflación, que toca a todo el mundo, y que surge del conflicto de Ucrania, en el que el gobierno está donde tiene que estar, nos encontramos, sin embargo, con que gracias a ese gobierno injustamente torpedeado por una oposición insensata, los salarios mínimos han subido casi 300 euros en relación a los gobiernos del partido popular; que miles de jóvenes han conseguido contratos estables frente a la precariedad sembrada por los gobiernos del partido popular; el gobierno de España no ha parado de adoptar medidas para ayudar a los que no son ricos en este país, frente a la estrategia de los gobiernos del partido popular, de recortes y hachazos a los más débiles. Recordemos que el PP en la crisis financiera no aplicó ERTEs, aplicó despidos masivos a la clase trabajadora de este país. Lo hicieron con una contrarreforma laboral que despidió a millones de trabajadores, aprobada por la mayoría absoluta del PP. Y cuando este Gobierno pacta con los agentes sociales una reforma laboral que ataja la precariedad, lo único que sabe hacer la derecha es negarse a todo, lo mismo que lleva haciendo durante toda la legislatura.

Y la Junta de Moreno Bonilla, ¿qué hace? Pues tiene claro que de escopeta del PP. Ninguna medida para apoyar a las clases medias y trabajadoras andaluzas, y todo el tiempo y el esfuerzo para intentar debilitar a quienes sí hacen por la gente, al gobierno de Pedro Sánchez. La Junta del PP descubrió el poder de las partidas de propaganda hace cuatro años ya, y en eso se queda. Duele especialmente que no les importe en realidad los efectos de esta guerra, que ha empezado a afectarnos tan cruelmente. Que todo el esfuerzo vaya a la propaganda.

El pasado martes, Pedro Sánchez afirmó en el Senado que “mientras sea presidente del Gobierno, el Estado y todos sus recursos financieros van a estar al servicio de la ciudadanía y no al revés. Menos aún al servicio de los grandes grupos de poder y riqueza, como ocurrió en la crisis financiera de la pasada década.” Esa es la política que necesita este país.

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