22-05-2022

En esta democracia el espíritu de las elecciones está conculcado para poder alcanzar desde la propia alternancia su meta básica; la de beneficiar al pueblo. Para todo ciudadano como votante, el voto, es su valor más preciado. El gobierno, el político, con artificios y engaños, y con ánimo de no pagar, está curtido en pedir el voto de forma directa o subliminal a los votantes. Siendo desde el lucro como fin y el engaño o abuso de confianza como medio que cometen sus fechorías características para con los votantes. Retirarle a una persona el ingreso mínimo vital, y dejarle un subsidio de

desempleo de 70 euros, por el estigma del contrato basura al que esta ha estado sometida; es una estafa gubernamental, versus Estado. Parece ser que tener la nacionalidad española, no es suficiente para tener una vida digna en España, tras veintiséis años de cotización en la Seguridad Social. (So pena que seas emérito).

El actual gobierno progresista de España se jactó hasta el hartazgo diciendo al comienzo de la pandemia de la COVID que nadie se quedaría atrás; ciertamente en el caso expuesto, dicha persona no se ha quedado atrás, sino que la han retrotraído a los años del hambre de la dictadura. ¿Con 70 euros mensuales qué pretenden que haga una persona? Llegan elecciones, y llegarán las estatales, y volverán al “puedo prometer y prometo” acaparando el voto de las personas que no pierden la esperanza de albergar una vida con dignidad. Siendo hasta las estafadas, con recelo o la nariz tapada, las que hasta puede ser que vuelvan a votar, conscientes de que sus 70 euros son una cruel humillación frente al coste económico del despliegue de seguridad que este fin de semana está cubriendo el operativo que custodia al emérito en Sanxenxo.

 

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