JUAN JURADO MARTÍNEZ

 "incrédula ante las cámaras de la televisión pública, sonríe con un halo de tristeza.

2025-10-19

Si te toca...

Pocas veces se puede escuchar un condicional con más resignado. Fue la contestación de la mujer a la queja desesperada del hijo. Un doloroso argumentario para digerir al que las personas de cuna humilde suelen estar condenadas, si lo público falla.

Le habían hecho un cribado de mamas, ya le avisaremos, le dijeron, pero no fue así y, pasados unos meses en una segunda prospección, metástasis. Ha recurrido a la sanidad pública, a la única que, por su situación económica, puede recurrir. Si ésta le responde, habrá esperanza; si no….  En realidad, es fácil intuir que, a lo largo de su vida, habrán sido tantas las carencias, tantas las luchas, algunas estériles, para conseguir una vida digna que ésta podría ser la definitiva. Ya se sabe: la gente de a pie suele acumular más papeletas. Tantas que casi siempre toca.

Papeletas para carecer de una educación de calidad. Papeletas para la enajenación, para la manipulación, para la injusticia, para la resignación. Es lo que toca si, finalmente, toca…

La señora, incrédula ante las cámaras de la televisión pública, sonríe con un halo de tristeza. Después de todo, será famosa entre el vecindario, la televisión habrá entrado en su hogar, el de alquiler o el que le hipotecó más de media vida. A partir de ahora, durante un tiempo, el que le permita la metástasis, la saludarán con cierta admiración, su figura quedará enaltecida ante la vecindad que se deshará en elogios por su valentía, por haber hablado, más que eso, por haber denunciado que, si sólo la hubieran avisado unos meses antes, unos pocos meses, no más, la maldita enfermedad no la habría comenzado a mordisquear los intestinos.

Mientras eso llega, mientras ese condicional se cumple o no, ella seguirá con la vida, la que conoce, la que ama, a la que siempre se ha agarrado por muchas trampas que le colocaran. Lo han reflejado las cámaras de la televisión pública: la mujer recibe el abrazo de su hijo, el que, según ella, vive tan apegado. Lo ha dicho con orgullo de ser el sostén, aun con un diagnóstico de enfermedad tardío, insoportablemente tardío, macabramente tardío, irresponsablemente tardío, en el que se le pone fecha a su caducidad como madre, como ser humano, también a su dolor, a los sueños, que aún engendra...

Si te toca, te toca...

Y la vida seguirá, quizás menos digna para muchas, para la mayoría, que seguirá esperando una cita para los análisis que nunca llega o que, a lo peor, llega tarde, o una confirmación para la ayuda a la dependencia, la que esperan Ramona, Pepa, Antonio, Luis… Centenares o miles de andaluzas y andaluces que cada día amanecen descontando un condicional, a lo mejor hoy llega, dicen que a algunas les ha llegado. Eso dicen. También saben que otras…

Si te toca, te toca...


 

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