... Radical, provocativa, insumisa y desafiante,

pero también tierna y lúcida

2023-11-19

 

Eva Vaz

 

Radical, provocativa, insumisa y desafiante, pero también tierna y lúcida

La onubense Eva Vaz Rodríguez es otra Voz del Extremo. Su poesía se mantiene al margen de los circuitos editoriales canónicos de la poesía española, pero un número creciente de lectoras y lectores nos identificamos con sus formas de hacer poemas.

Su obra, una obra ya amplia, renuncia a los artificios y cautelas retóricas habituales para ofrecer su propia verdad desnuda e intransferible usando un lenguaje lacerante, feminista (contra la violencia de género), temas provocadores, compromiso, y una particular forma narrativa de finales contundentes y sorpresivos.

Sus temas nos hablan de una poeta tan desinhibida en la exploración de la propia intimidad como profunda a la hora de indagar en las heridas y angustias del individuo y la individua de hoy.

En la red podréis descubrir que ha publicado varios libros de poemas. El último, de este mismo año, Limpieza general, está, según ella, escrito desde el dolor y la desesperación más absoluta. Y también podréis descubrir que su obra aparece en diversas antologías, como Voces del Extremo o 21 Pandoras.

Dice Eva de sí misma: En mi caso, el lenguaje poético está muy influenciado por la música rock y el cine contemporáneo.

Descubrámoslo en esta selección de sus poemas:

La historia de dos mujeres

Tengo tres hijos

y una amiga que me ama

distinto:

mi amiga me ama despacio,

sin daño,

y provoca incendios que no destruyen.

Tengo un gobierno de hormonas

que contradicen sus órdenes

y desean con A.

Tengo el amor de mi amiga,

dócil y generoso,

y ya no quiero

la violencia de los falos

perforando mis órganos,

ni la torpeza

de sus manos rústicas.

Tengo los brazos de mi amiga,

delicados,

adorando mis pechos.

Tengo sus labios de hembra

convulsionando

mis labios de hembra.

Tengo una linda fractura,

lasciva y trabajadora,

llorando permanentemente

de placer,

cuando mi amiga,

mi ángel lésbico,

se adentra en mis

oscuridades

y se queda explorando

mi humanidad con H

de Hembra.

Tengo tres hijos

y una amiga que me ama

distinto:

Tengo algunos problemas.

 

***

Regla de tres

 

No me lo enseñaron

las matemáticas de C.O.U.

ni la antropología de 3º de carrera.

Para nada sirvió

tanta Teoría del Conocimiento, ni

el empacho de Filosofía del Lenguaje.

No exigen en el currículum

que se especifique.

No aparece en el temario de

oposiciones.

No se recoge en ningún

manual de técnicas de estudio

o búsqueda de empleo.

Y es más importante

que saber más de tres idiomas.

Una simple regla de tres:

el número de triunfos y virtudes

es directamente proporcional

al tamaño de tus tetas.

***

Yo no quiero

 

Yo no quiero que sufras

lo que yo sufro.

Yo quiero que sufras

más.

Yo te quiero más roto

que yo.

Más desguazado

que yo.

Yo quiero que el dolor

te destroce el esternón.

Que tengas que luchar

a todas horas

por sobrevivir sin ganas.

Que no soportes

ser el hombre más miserable

del mundo

por quererme a tu lado.

Yo ya lo sufro.

No quiero que me odies.

Odiando se hace más fácil

la ausencia.

Yo quiero que sufras

lo que yo sufro.

Yo quiero que te asfixies con tu llanto,

que no encuentres paz

en ningún sitio.

Que no soportes el peso

de tu cuerpo

sin mis dedos.

Yo quiero que el miedo

no te deje dormir,

como un dolor insomne.

Yo ya lo sufro.

Yo quiero que sufras

lo que yo sufro.

Yo quiero que vengas,

rogando en silencio,

muerto de miedo, inseguro,

que vuelva contigo.

Que sin mí, tus días

son estertores.

Como mi pésame diario.

Dime que sufres lo que yo sufro.

Y dímelo llorando.

 

***

Enseñanza superior

 

He necesitado cumplir los veinticinco.

He necesitado licenciarme

en filosofía

y perseguir el doctorado,

y despellejar mi paciencia

en unas oposiciones

para descubrir

que lo más apreciable,

mi mejor joya:

mi COÑO.

 

 

Ahora me faltan años

para retroceder en el tiempo

y ejercitar otras virtudes

y conquistar el mundo

en un abrir y cerrar

de piernas.

***

Tercera planta

Sube a mi habitación, amor,

sabes que allí está la verdad.

Una mujer y un hombre

que comparten mucho más

que el miedo a la muerte.

Sube a mi habitación, amor,

no sea que la muerte se acerque

y nos coja

rezándole a otro Dios.

Un hombre encuentra

a una mujer desnuda

sobre la cama.

Ven aquí, amor,

vamos a matarnos de mentira.

***

Cambios

Ahora salgo con chicos

más jóvenes

y me drogo mucho más.

Y ahora no me molesta

que los hombres me miren

imaginándome posible

la carne.

Me invitan a los servicios

con sus embolias seminales

y sus miserias de sábado noche.

Con caramelitos en los bolsillos.

Y todo está por hacer.

Que no termine la noche.

Que no termine esta

maldita noche.

Baila,

baila...

Que no termine esta

mentira.

***

La verdadera historia de los hombres

 

Ahora sé cuál es la verdadera historia de los hombres.

Aquella noche de vinilo y rosas

una imagen de Nick Drake

calzándose su guitarra

se reflejaba en el espejo.

En aquella fiesta de estrógenos

supe qué es la generosidad.

Aquella noche supe

del titubeo de mi sexo.

Aquella noche descendimos al cielo

y bailamos...

Bailamos la noche más suave del mundo.

Bailamos,

bailamos,

bailamos hasta perder

la conciencia.

Probada su dulce fractura,

ahora sé cuál es la verdadera historia de los hombres.

***

Gatillazos

Yo sé que tú sabes

que yo sé

que se han deshojado

mil veranos

y yo sé que tú sabes

que yo sé

aún.

 

Estábamos borrachos,

húmedos como esponjas.

Ansiosos de llevar a la práctica

las supuestas proezas sexuales

que dos aparentes desperjuiciados

recreaban sin pudores.

Estábamos retándonos, casi.

 

En aquel bar nos

follábamos con la

imaginación,

y en mi casa,

solos y desnudos de todo

a ti te desobedeció

el sexo.

 

Yo sé que tú sabes

que yo sé

que aún conservas

las bragas blancas

que te llevaste puestas

por equivocación.

 

Yo sé que tú sabes

que yo sé,

que hoy no me olvido de aquella

noche terrible para tu

virilidad.

 

Yo sé que tú sabes

que yo sé

que siempre que me ves

se te hace un nudo en la

vergüenza,

que ruborizará tu memoria,

eternamente.


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