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En un Estado de derecho, todas las personas e instituciones, públicas y privadas, incluido el propio Estado, deben someterse y cumplir las leyes que se promulgan. Estas se han de aplicar con... |
2023-04-23
En un Estado de derecho, todas las personas e instituciones, públicas y privadas, incluido el propio Estado, deben someterse y cumplir las leyes que se promulgan. Estas se han de aplicar con independencia, debiendo garantizar las instituciones políticas, la igualdad ante la ley y la no arbitrariedad, así como la separación de poderes, la participación social en la toma de decisiones y la transparencia procesal y legal.
Partiendo de esta premisa, yo les preguntaría a nuestros legisladores, ¿se cumple en España?; concretando más, ¿las leyes que nos rigen son justas o se aplican de forma justa?, ¿estamos protegidos los ciudadanos y salvaguardados nuestros derechos? Triste y sinceramente, tal y como funciona nuestra sociedad, la respuesta mayoritaria creo que sería un rotundo NO.
“Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas. Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.” TODO INDIVIDUO, incluso los que infringen las leyes. De acuerdo también con este principio, vuelvo a preguntarme: ¿Dónde quedan los derechos de las mujeres víctimas de violencia de género sin que pulseras telemáticas, órdenes de alejamiento, ni otras medidas eviten que sus maltratadores y asesinos les quiten la vida?
La misma cuestión me haría para cualquier otro tipo de violador o criminal; y en este ámbito he escuchado pronunciar una frase que, cuando menos, provoca indignación: “de la cárcel se sale, del cementerio no”, y se quedan tan anchos, sin la más mínima represalia ante semejante barbaridad; ¿dónde quedan los derechos de los menores, agredidos por otros menores protegidos por una ley que, a todas luces, no funciona?; ¿dónde quedan los derechos de los propietarios de viviendas ocupadas y que, por alguna incomprensible norma, no hay manera de que las recuperen?; ¿dónde quedan los derechos de un desgraciado que roba porque tiene hambre, entre otras cosas porque el sistema no le proporciona un trabajo digno, mientras políticos y peces gordos lo hacen a manos llenas con total impunidad? Y todo igual.
¿Por qué no funcionan las leyes? Si alguien con capacidad de decisión llegará, por casualidad, a leer esto, debería planteárselo. Porque partimos de que el pueblo es soberano, pero de qué nos sirve esta prerrogativa si los encargados de gobernar no nos hacen el más mínimo caso. ¡Y así nos va!
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