ENTREVISTA
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2024-09-08
Para mí es una gozada meterme en la piel de mis personajes, aunque haya que hacer de malos, de asesinos o lo que sea. Te metes en ellos y, cuando dicen ¡Corten!, vuelves a ser tú, y es como una liberación.
MARIBEL COLMENERO
— EMILIO, te conocemos sobre todo como actor. Háblanos del Emilio, músico y presentador.
La música para mí es casi equiparable con el agua o la comida, algo necesario. Podría decir que es genético, pues mi padre era también un gran melómano. En Argentina tenía un grupo de música, y la música era mi vida. El grupo, en Argentina, lo integrábamos mi amigo Guillermo y yo; luego en España se unió también mi hermano. A principios del año 78, ya en España, tuvimos problemas con uno de los nuevos integrantes; yo formaba parte de un grupo de cine, en el que entre otros estaban Mario Camus y gente muy importante. Entonces me ofrecieron un personaje en la serie El juglar y la reina, y ahí dejé la música profesionalmente, porque en realidad la música no la he dejado nunca. Te puedo decir que lo que me ha cambiado la vida, ha sido para mí una de las cosas más importantes, es la informática musical, lo que es posible hacer, en casa, solo con un ordenador y un teclado.
Como presentador hice La cesta de la compra, De película y Ole tus vídeos, este último junto a Rosa María Sardà. Ya trabajaba como actor, pero me lo ofrecieron, les gustó cómo me desenvolvía y, cómo lo podía compaginar… pues ¿por qué no hacerlo? El que recuerdo con más nostalgia es De película, estuve unos cinco años; íbamos a todos los festivales con todo pagado y además cobraba por ello; fue considerado por muchos como el mejor programa de cine de la historia de la televisión.
— ¿Cómo se convierte Emilio Adolfo Lindner Rodríguez en Emilio Linder?
En España era muy difícil la pronunciación de mi apellido, Lindner, en alemán, tenía que deletrearlo unas cincuenta veces por día y, aun así, costaba trabajo. Por ese motivo, para el nombre artístico le quité la segunda n.
— ¿Qué recuerdas de tu vida en Argentina? ¿Y cómo es tu vida en España?
En Argentina, sobre todo para los veinteañeros en aquellos años, en el 73, el mundo estaba en Europa. Me iba todo muy bien, estaba en la selección de rugby, tenía mi trabajo, mi grupo de música, tenía novia… pero todos soñábamos con Europa. Una noche, en una fiesta, un americano nos ofreció a mi amigo Guillermo, mi compañero del grupo de música, y a mí dos entradas para ver a los Rolling Stones la siguiente semana en Génova. Nos quedamos con las entradas y sacamos dos billetes para esa semana en un transatlántico italiano. Dejé todo para irme a Europa. Así que cogimos un transatlántico a Italia, pero ocurrió que en el barco ligamos con dos catalanas y terminamos en Barcelona. El 1 de mayo del 1973 fuimos a Madrid a visitar a unos familiares y, en la Gran Vía, nos vimos metidos en medio de un grupo antifranquista, llegó la policía y nos inflaron a palos a todos. Y esa misma noche nos fuimos a Ibiza, no era España, era el paraíso, y volvíamos a la península para los conciertos. El 20 de noviembre de 1975 dábamos un concierto en Barcelona, y estaban Las Ramblas repletas de personas celebrando la muerte de Franco y, a ambos lados, la fila de policías (los grises) tiraban los fusiles al suelo y se abrazaban con la gente. Al día siguiente nos trasladamos a Madrid a vivir.
Mi vida en España, una maravilla. A principios del 76 tuvo lugar el golpe de Estado de Videla en Argentina; aquello fue tremendo. Me considero afortunadísimo porque me perdí, entre comillas, las dos dictaduras, la de Franco y la de Videla: la de Videla porque ya residía en España; la de Franco, porque del 73 al 75 yo viví en Ibiza que, como ya te he dicho antes, era el paraíso, te lo explico resumidamente, en toda la isla, que no había policía, había dos guardias civiles. Del 75-76 hasta los 90 España fue el país ideal, en economía, libertad, artes, cultura… fue impresionante. Después ya empezó a cambiar la cosa.
— ¿Cómo fueron tus inicios como actor?
Empecé a trabajar en El juglar y la reina y, a partir de ahí, comenzaron a salir cosas y luego fíjate, las más que casualidades, causalidades, estaba haciendo una obra de teatro, un musical del destape, de aquella época, Satán Azul. A las espaldas de donde lo representaba, en el Teatro de la Zarzuela, se hacía un espectáculo maravilloso, Nureyev & Friends; yo no podía ir porque coincidía con mi función, pero, un día, al salir de ella, me topé con Rudolf Nuréyev y, a partir de ahí, surgió una amistad entre nosotros. Gracias a esto me cambió la vida. Me invitó al estreno de Nureyev & Friends y, en el palco de enfrente, estaba Lindsay Kemp, maestro del teatro de aquellos años. Nuréyev me lo presentó, y él me invitó a unas clases de teatro que daba; allí coincidí con cantidad de actores de aquella época. Un día, Lindsay me ofreció sustituir a uno de los actores que dejaba su compañía, y estuve un año de gira por toda Europa haciendo Flowers y Salomé. Eso me cambió la vida. Al volver de la gira, me empezaron a salir grandes trabajos.
— Has intervenido en películas y series de distintos géneros. ¿En cuál de ellos te has sentido más cómodo y cuál te ha resultado más complicado?
En los años 80 se rodaban en España cantidad de películas americanas; aquello era una maravilla. También en esos años me divertía cuando hacía thrillers, spaghetti western que, sin embargo, ahora me da más pereza; va con la edad, creo yo. A mí siempre me ha gustado un poquito más la comedia, aunque me cuesta decantarme de forma rotunda por un género u otro.
— ¿Cómo ha sido tu participación en coproducciones internacionales? ¿Y trabajar con actores como Peter O'Toole o Donald Sutherland, por poner solo un ejemplo?
Hay una anécdota que lo resume: Con Peter O’Toole rodé Wings of Fame. En uno de los primeros días de rodaje hacemos dos o tres tomas, y venga, ya la tenemos. Se me acerca Peter O’Toole y me dice: Emilio, me parece que lo he hecho fatal, ¿le pedimos repetir, hacemos otra toma? ¡Peter O’Toole me pregunta a mí! Y Donald Sutherland, y tantos otros. Con esto te quiero decir que suele pasar que los mejores actores, los más famosos, son los más humildes y los mejores compañeros.
— Has intervenido en conocidas series de televisión como Ramón y Cajal: Historia de una voluntad o Isabel, entre otras. ¿Cómo te has sentido metiéndote en esas otras pieles?
Para mí es una gozada meterme en la piel de mis personajes, aunque haya que hacer de malos, de asesinos o lo que sea. Te metes en ellos y, cuando dicen ¡Corten!, vuelves a ser tú, y es como una liberación. Uno defiende su personaje, en ese momento no eres tú, eres el personaje; hay un trabajo muy extenso y largo para convertirse en otra persona.
— Dado que es imposible hablar aquí de toda tu carrera, ¿qué películas, series y obras de teatro destacarías?
Por ejemplo, El fantasma de Goya, Goya’s Ghosts, de Miloš Forman, es un peliculón. Carmen, de Vicente Aranda también. Wings of Fame, Bethune, The Rustlers Rhapsody, White Apache (spaghetti western, rodada en Almería) fue maravillosa. En series, una de las que más recuerdo siempre es Al salir de clase; de ahí salieron actorazos como Víctor Clavijo y tantos otros. En cuanto al teatro, las que más recuerdo son las de Lindsay Kemp, Flowers y Salomé, y una de las más memorables que he hecho, Mucho ruido y pocas nueces, de Shakespeare, dirigida por Juan Carlos Corazza.
— Me gustaría que me hablaras del cortometraje Raíces, rodado en Jaén bajo la dirección de Luisje Moyano.
Es muy bueno el corto, muy bueno. También te digo que la gran mayoría de los cortometrajes son mucho mejores que los largos comerciales, porque se hacen, nunca mejor dicho, por amor al arte, no te pagan; pero se disfruta, en todo, más que con los largos. La calidad de los cortometrajes es impresionante; yo no paro de hacer cortos, ahora voy a hacer otro también.
Rodar Raíces, con Luisje Moyano, fue una maravilla en todos los sentidos, con Luisje y con todo el equipo. Y recuerdo que en Raíces además me pagaron, Luisje es una excepción (ríe). Raíces fue maravilloso, lo pasé muy bien.
— ¿Te has sentido bien acogido en Jaén? ¿Qué te parece nuestra provincia?
Me he sentido muy bien. Y Jaén me ha gustado, y mucho, aunque ya he estado varias veces.
— ¿Te gustaría señalar algún otro corto en el que hayas trabajado?
Hay uno que es muy bueno, se llama Es el progreso, estúpida. La verdad es que no sé cuáles elegir. Hostile, Emma y el mundo, Black Beauty,…
— A lo largo de tu carrera has recibido distintos premios. ¿Cuál te ha hecho más ilusión recibir?
Por ejemplo, el Premio de honor en el FICMA 2018.
— ¿Qué me dices de los Premios Goya?
Yo creo que se valoran mucho y muy bien en general. Se dan por la calidad del trabajo.
— ¿Qué piensas del cine español? ¿Qué pedirías para él?
El cine español ha mejorado mucho. Ahora hay películas muy, muy, muy buenas.
Yo pediría más apoyo por parte del Ministerio de Cultura.
— ¿Con quién te gustaría trabajar, que no lo hayas hecho todavía?
Esta pregunta… no me sale. Hay muchos directores, pero no me decido. Con Amenábar, que nos conocemos, estuve a punto de trabajar, y al final no pude porque tenía otro proyecto, pero me gustaría hacer algo con él.
— ¿Te gustaría hablar de próximos proyectos?
Aunque no puedo decir mucho, me han ofrecido un personaje, músico, para una película que se rueda en enero y febrero, y trata sobre el Parkinson. Ojalá me salga.
— Para finalizar, te hago lo que yo llamo Retrato Personal. Consiste en varias preguntas de respuestas muy breves.
Una película (no tuya): Varias. Gladiador, La naranja mecánica, Amelie…
Una canción: Yesterday, de The Beatles.
Un libro: El alquimista, por ejemplo.
Un director: Steven Spielberg, Miloš Forman.
Una palabra que te defina: Amor.
Tu mayor virtud: Dedicarme a lo que más disfruto.
Tu mayor defecto: No haberme arriesgado.
Un sueño: Que el mundo cambie.
¿Qué es la interpretación?: Un arte.
Cine, teatro o televisión: Es difícil elegir. Lo que más y mejor define el arte dramático es el teatro. Hay una frase muy famosa en nuestra profesión que es Con lo que más disfrutas es con lo que menos dinero ganas y viceversa. Yo con lo que más disfruto es con el teatro.
Un lema, o una frase, con la que te sientas identificado: Tengo varias. Una de ellas, Sin música la vida sería un error (Nietzsche).
Emilio Linder estudió Arte Dramático en Argentina. Deportista desde muy pequeño, son el tenis y el rugby sus deportes favoritos. Y la música, su pasión. Su trayectoria profesional, fotos, vídeos se pueden consultar en su página web: https://www.emiliolinder.es/ Coincido en lo que, suele ocurrir, que quienes gozan de más fama y renombre también derrochan humildad. Es lo que me ha pasado a mí con Emilio, un actor con el que he crecido y que, colándose en mi casa a través de la pantalla, se ha convertido en alguien muy familiar para mí; en cambio, él a mí no me conocía de nada. Sin embargo, no sólo me respondió cuando contacté con él hace ya un tiempo, sino que me trata con la naturalidad y cercanía que lo haría un amigo. Tengo que reconocer que con Emilio yo he vivido una situación parecida, salvando las distancias, por supuesto, a la anécdota con Peter O’Toole que él ha contado en esta entrevista; me cuesta trabajo creer que Emilio Linder, el de las películas, el de las series, me hable de tú a tú. Y es que Emilio Linder es mucho más que un actor, es también presentador, músico y además una gran persona.
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