2022-12-18

Por Sebastián López


Nació el 3 de julio de 2001 en Bedmar, de personalidad tímida e introvertida que a temprana edad tuvo que emigrar hacia un país de centro Europa. En Suiza pasó una estancia de unos tres años, hizo las maletas y volvió al pueblo que le vio crecer, su Bedmar. A los 16 años,

decidió afiliarse a las juventudes socialistas de Bedmar, tuvo un principio sencillo, donde su participación era muy escasa y poco a poco fue adentrándose en la agrupación. Tras vivir en Suiza y con el paso de los años, se fue dando cuenta que sus ideales no iban tan ligados a la economía, sino a la protección de los trabajadores y de las familias obreras. Esta idea se le hizo muy clara tras, a sus 18 años, comenzar en la universidad de Granada un grado en economía. A los meses de comenzar su etapa universitaria, le nombraron secretario general de la agrupación de juventudes socialistas de Bedmar. Esta etapa fue un periodo de mucha ilusión, trabajo y cambios en su vida. Al poco tiempo de comenzar su investidura en la agrupación, se paraliza el mundo por una pandemia que a todos nos hizo cambiar y/o actualizarnos, todo el trabajo y la forma que teníamos de vivir y de hacer las cosas sufrieron un cambio radical y eso se plasmó en su vida tanto en la universidad como en la política. Con la llegada del COVID-19 decidió volver al pueblo debido a la suspensión de las clases presenciales. Durante las semanas de pandemia ayudaba a su familia en las tareas del campo y por las tardes se dedicaba a seguir las clases online que le daban los profesores de la universidad, además, los fines de semana, ayudaba a otros familiares en su negocio. En la actualidad, está a punto de graduarse como economista y se siente un joven muy trabajador. Desde que empezó la pandemia se ha dedicado a estudiar y trabajar, ha conseguido sacar adelante sus estudios a la vez que los fines de semana y días libres iba a trabajar. Desde hace un tiempo a su generación se les caracteriza como ”vagos”, porque no trabajan o no estudian.

Desde juventudes y en su nombre, quieren darle el valor que se merece a esta generación, desde hace una década los jóvenes han atravesado diversos contratiempos como la crisis de 2008, la crisis pandémica o el desempleo juvenil. Es la generación mejor formada, pero a su vez la que más problemas tiene que afrontar para desarrollarse tanto profesional como personalmente. A su corta edad, ve miles de jóvenes que trabajan porque no pueden formarse o que trabajan a la misma vez que estudian. Son una generación luchadora y que seguirá siéndolo por muchas adversidades que se pongan en su camino. 


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