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"Y el trabajo es el terreno donde ese destino se construye día a día, con esfuerzo y con fe.

2025-05-02

 

El Trabajo como Tejido Social y Evangelio

REDACCIÓN /LIBREOPINANTE

TEJIENDO PUEBLO DESDE EL TRABAJO: AMISTAD SOCIAL Y EVANGELIO ENCARNADO

 

Con motivo del Jubileo de los Trabajadores se han celebrado las jornadas preparatorias del mismo en la parroquia de Cristo Rey (Jaén). El martes 29 de abril Pino Trejo, militante de la HOAC de Canarias, compartió una intervención sobre la importancia del trabajo según la Fratelli tutti.

 

El trabajo es sagrado, porque es camino de dignidad, vínculo de fraternidad y semilla de esperanza. El Papa Francisco nos lo recuerda con fuerza en Fratelli tutti: “El gran tema es el trabajo”. No como consigna vacía, sino como grito que brota desde la entraña del pueblo. Porque es en el tajo, en la cocina, en el aula, en el andamio, donde las manos crean, cuidan y resisten, donde cada gesto laborioso habla de amor y de entrega. Desde ahí, desde la fatiga del trabajo, nace la amistad social, ese lazo que une no por intereses, sino por reconocerse en la misma fragilidad y en la misma esperanza. No hay amistad sin justicia. No hay fraternidad sin pan compartido, sin salarios justos, sin condiciones humanas.

Por eso, quienes viven la fe desde la vida obrera llevan a la parroquia la memoria de los compañeros y compañeras que luchan, que cuidan, que sostienen el mundo con su esfuerzo callado. No es posible vivir una Iglesia desconectada de la vida real. El Evangelio se proclama con botas manchadas, delantal atado, manos encallecidas o contratos precarios.

 

El Papa Francisco invita a soñar con una Iglesia que no se conforme con ser refugio, sino que sea fermento, hospital de campaña. Que no tenga miedo de meterse en el barro de la buena política, la que escucha el clamor del pueblo, la que garantiza el derecho al trabajo digno como expresión de humanidad. Porque ser pueblo no es sólo compartir espacio; es compartir destino.

Y el trabajo es el terreno donde ese destino se construye día a día, con esfuerzo y con fe.

Allí nacen las historias comunes, los vínculos que no caducan, la conciencia de que nadie se salva solo. Los cristianos deben rechazar con claridad la lógica cruel de la meritocracia, que convierte la dignidad en un premio que hay que ganarse. La dignidad no se otorga: se reconoce. Está en cada persona por el simple hecho de ser hija de Dios.

 

Desde las parroquias, desde abajo, desde lo pequeño, hay que seguir hilando una Iglesia que sepa llorar con el que sufre, pero también luchar con el que se organiza por el pan de cada día. El trabajo no es solo economía. Es relación y cuidado. Una sociedad justa, y una Iglesia fiel al Evangelio, necesita poner el trabajo en el centro como lugar de encuentro.  

El miércoles 30 fue el turno de Miguel Peragón, empresario que ha crecido con el ruido de los talleres y forjado entre herramientas y manos obreras. Al frente de Liderkit, una empresa puntera a nivel mundial, se esfuerza en un modelo productivo que pone en el centro a los trabajadores. En el diálogo fue interpelado en la responsabilidad social corporativa para abrir, así, su empresa a trabajadores de colectivos más desfavorecidos y con menos cualificación laboral, planteándose la necesidad de que Liderkit acoja una escuela de formación. Se concluyó diciendo que la verdadera fuerza de una empresa está en sus trabajadores, en sus comités de empresa, en su seguridad, flexibilidad en los tiempos de trabajo y que el trabajo solo es digno si también lo es la vida de quienes lo hacen posible, planteando que la empresa debe cubrir las necesidades de los trabajadores, asumiendo riesgos desde las virtudes cristianas. Como recuerda el Papa Francisco, “el trabajo no es solo un medio de subsistencia, es una expresión de dignidad, una forma de cuidar la tierra, de construir comunidad, de soñar un futuro mejor”.


 

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