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Revuelta femenina en Jaén: Esperanza y acción

REDACCIÓN /LIBREOPINANTE

MUJERES DE JAÉN EN LA REVUELTA: UN CANTO COLECTIVO DE ESPERANZA Y TRANSFORMACIÓN

La parroquia de San Juan Bosco acogió a la Revuelta de mujeres, mujeres diversas, para alzar una sola voz, que dice: estamos aquí porque creemos. Llamadas por el anhelo de justicia y de igualdad. Vivimos la esperanza tejida con alegría con el deseo profundo de transformar la Iglesia y la vida.

Llegamos con fuerza compartida, con la certeza de que somos parte de un proceso que ya camina: la Revuelta de Mujeres en la Iglesia. Nos encontramos para apoyar un espacio de mujeres que es más que un lugar: es un proceso, un movimiento vivo, una revuelta que late en clave de Evangelio feminista. No se trata solo de estar, sino de ser parte activa del cambio.

Es un reto, sí. Crear y consolidar un espacio así, dentro y fuera de la Iglesia, implica valentía. Implica transformar la mirada y la práctica de la Iglesia local. Nos mueve la necesidad de una conciencia colectiva, nutrida desde la formación y la teología feminista, que no teme pensar ni soñar. “No se arruguen, sueñen”, decía Francisco.

Este encuentro nos ilusiona. Y esa ilusión, como semilla, nos empuja a la acción. A exigir. A revalorizar nuestras presencias, nuestras voces, nuestras experiencias. A mirar el mundo y la Iglesia, preguntándonos: ¿qué podemos hacer desde aquí, desde nosotras?, porque existimos.

Somos muchas. Somos fuertes. Somos necesarias. Nos sentimos testimonio resucitado.

Nos encontramos para apoyar este espacio común de mujeres que no se conforman, que creen en el poder del amor y en el impulso de la esperanza. Porque ser parte de esta Revuelta es creer que otra Iglesia es posible.

Nos ilusiona sabernos muchas, ya más de 180 mujeres, en el encuentro estatal que se celebrará en Madrid del 9 al 11 de mayo, y aún más las que vamos despertando en cada rincón. Queremos leer juntas el libro de la Revuelta, hacer memoria viva de su genealogía para compartir que tenemos hecho vida, qué interpelaciones y qué obstáculos de esos textos para el próximo 29 de mayo en la Parroquia de El Salvador. Comprender de dónde venimos para saber a dónde vamos. Queremos presentarnos entre nosotras: conscientes, formadas para la acción, con una teología feminista que libere.

Terminamos nuestro encuentro con una oración tejida en común, recordando que el miedo no es nuestro lugar. Nuestra actitud es la alegría. Y con ella salimos al encuentro, con ella nos sostenemos. Esa alegría, que nace del Evangelio y de la vida compartida, esa alegría que es escándalo para los poderosos, que no aceptan la Resurrección y quieren ensuciarlo todo. Pero no podrán. Nosotras elegimos ser luz frente a la oscuridad.

Terminamos colocando nuestros nombres bajo una vela, formando un círculo abierto a más mujeres, porque Él nos elige y nos nombra. El Amor no elige templos, elige caminos. Y en ese camino, Él nos elige, Él nos nombra por nuestro nombre.