"El mejor recuerdo que conservo es el de mi madre, la María, amasando harina para hacer pestiños, roscos y mantecados, que llevábamos al horno del barrio, para poder compartir en las fiestas de Navidad,

2025-12-28

Pestiños

Una modesta publicación de mi barrio reproduce en color sepia una escena familiar. Contraportada. Se ha publicado ahora, en vísperas de las Fiestas de Navidad y Año Nuevo, y sirve para ilustrar otros tiempos. La llegada de migrantes de Andalucía y otras zonas del sur, huyendo de la represión y el hambre. Las cartillas de racionamiento, las largas jornadas en las fábricas textiles, las movilizaciones para que llegara la luz y el agua corriente, más tarde para asfaltar las calles, algún puente y conseguir una escuela, y también las huelgas y manifestaciones para acabar con la dictadura. “Records del barri de La Cogullada. Un barri amb històries i memòries eternes”. 
El Barco de la Juana, con más de treinta habitáculos, era donde se hacinaban las familias recién llegadas y en condiciones muy duras. “La Nochebuena los vecinos nos juntábamos e íbamos de casa en casa, cantando villancicos hasta las tantas de la madrugada”. Es otra afirmación común. La más sonada fue la de 1962, amaneció con más de medio metro de nieve en nuestras puertas y calles. De la Riada del mes de septiembre, con cientos de muertos, a la gran Nevada, así fue aquel año del 62. 
El mejor recuerdo que conservo es el de mi madre, la María, amasando harina para hacer pestiños, roscos y mantecados, que llevábamos al horno del barrio, para poder compartir en las fiestas de Navidad, con la familia y parientes de los pueblos, nuestros vecinos y vecinas llegados de la vega del Río Nacimiento en Almería. 
En la foto citada estoy en brazos de mi madre, junto a mi padre, Manuel, y los vecinos más próximos de la calle Mozart. Cuando nuestras puertas lindaban con el campo. El salario de mi padre en aquella época era de 108 pesetas a la semana. “Industrial Freixa, fábrica de peinados”, conservo el contrato. En alguno de sus viajes de Almería hasta Barcelona, saltaba de vagón en vagón, huyendo del revisor, no tenía dinero para comprar el billete. 
Cuando escribo esta crónica, el alcalde de Badalona que presume del árbol navideño más grande, ha alcanzado las cotas más altas de la indignidad y la deshumanización, promoviendo una campaña infame contra las personas migrantes, las más pobres, con discursos de criminalización, mentiras y odio. 
Lo más grave no es la actitud del alcalde Albiol (PP), cuya divisa es conocida. Lo más trágico es que ese discurso haya calado en una parte de la población, olvidando que barrios enteros encontraron refugio a sus demandas sociales y a la persecución de la dictadura, en las iglesias parroquiales de los curas rojos, y ejercitaron su compromiso en partidos políticos ilegales y duramente perseguidos. Cultivando la ética y la fraternidad en la lucha por las libertades y los derechos sociales.
El PSUC, partido de los comunistas catalanes, con Màrius Díaz, el mejor alcalde, ganaron las primeras elecciones municipales de 1979. Hoy, también conviene recordarlo. 


 

Para dar tú opinión tienes que estar registrado.

Comments powered by CComment