FRANCISCO SÁNCHEZ

"no tocar un céntimo del Estado de bienestar

2025-11-16

Sanidad o rearme (I)

A Juan Aguilera (Juanele). Modestamente, intentamos seguir el esfuerzo redentor 

A principios de este año, antes de que la presidenta de la Comisión Europea anunciara la succión de 800.000 millones de euros a todos los contribuyentes europeos para financiar la carrera de la UE hacia la militarización (ya hemos hablado de esto y de sus efectos en Jaén en columnas anteriores), el secretario general de la OTAN avisaba de que los europeos tenían que dedicar a ese fin una parte de lo que va a sanidad, pensiones y seguridad social. Y al tiempo en que el presidente del gobierno progresista español mantuvo que no tocaría ni un céntimo del Estado de bienestar, el Financial Times aclaraba que la única receta posible para poder financiar el rearme es sencillamente, reducir aquel. 
Por las cifras y condiciones que implican tanto el plan europeo como las exigencias de la OTAN, queda incógnita la solución mágica que pueda motivar la promesa de Sánchez. Y es que, sobre la mesa, no hay más vía que el “permiso” europeo para aumentar la deuda del país, como si fuera un regalo y no una condena. Como si no supiésemos ya cómo y a costa de qué y de quién se devuelven esas deudas. Y que no a todos los países (ni a todos sus habitantes) les cuesta lo mismo devolverlas. 
Esto así, tenemos en perspectiva un trasvase (ya comenzado) de miles de millones de los recursos de todos los trabajadores y trabajadoras del país para alimentar, aún más, una burbuja al gusto de grandes fondos de inversión mundiales que, por cierto, también tienen intereses en la sanidad privada. Y todo ello, con una apabullante campaña que pretende hacer digerible la inmolación europea en el campo de batalla de la OTAN en Ucrania, mientras Estados Unidos se va retirando.
Como el endeudamiento, dentro de la estructura neoliberal incontestable de la UE, se paga solo a base de recortes sociales, se pueda apostar a que la mencionada promesa de no tocar el Estado de bienestar no resistirá el paso del tiempo. Y ello, teniendo en cuenta que “dejar intacto” significa ya, de por sí, asumir una situación de deterioro y quiebra que es, precisamente, la que motiva las grandes movilizaciones desarrolladas en Andalucía hace unos días. 
No se trata solo del PP como problema, sino del resultado de una década y media de políticas, derivadas del Pacto de Estabilidad (asumido desde Sumar hasta Vox, pasando por los grandes partidos), que supusieron un recorte sanitario de casi 19.000 millones, en Andalucía, antes de que Moreno Bonilla continuara la tarea de desmantelamiento y privatización al poner los pies en San Telmo. La actual candidata del PSOE a las próximas elecciones autonómicas, supo abrir camino.
En la próxima columna, profundizaremos un poco más. De momento, vale con apuntar que, en primer lugar, “no tocar un céntimo del Estado de bienestar” supone ya la continuidad de una inercia insoportable para la mayoría social de este país. Pero, cuando ni siquiera ese apunte de mal menor tiene recorrido real, es el momento de empezar a hablar en serio.


 

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