MANUEL PEGALAJAR PUERTA

 "el producto mejor acabado del capitalismo es el obrero de derechas,

2025-10-05

El fachapobre

Una de las preguntas, y no es precisamente existencial, que más me agobian en los últimos tiempos es cómo demonios ha conseguido el sistema, entendido este en un sentido real o estructural, es decir, el capitalismo, construir esa obra sublime e inefable del fachapobre, ese individuo que, en sentido estricto no lo es porque ni es ni actúa por sí mismo, sino que es un producto elaborado por la factoría de fachapobres que el capitalismo ha distribuido por el mundo, y que ha conseguido interiorizar primero, para defenderlos después, todos y cada uno de los elementos dialécticos que tradicionalmente han ido vertiendo los fachas naturales, es decir, los facharicos. La pregunta es, en realidad: ¿cómo es posible que alguien defienda, a veces de forma vehemente, cosas, situaciones e ideas que objetivamente obran en contra de sus propios intereses? En la búsqueda de una respuesta a esta pregunta tendría ese rancio programa de televisión un asunto del que ocuparse y desentrañar, cuya complejidad es considerablemente superior a la de los supuestos fantasmas a los que anda buscando mientras obvia al fantasma que conduce el propio programa.

Siempre se ha dicho que el producto mejor acabado del capitalismo es el obrero de derechas, pero ahora, además de dejar de ser un colectivo reducido para convertirse en un producto de masas como en la década de los años sesenta del siglo pasado lo fue el utilitario 600, el sistema lo ha moldeado y perfeccionado tanto que se ha convertido en un esperpento, un producto cien por cien valleinclaniano al que desde la izquierda llamamos fachapobre, más que nada para abreviar y ahorrar caracteres, pero cuya casuística es tan amplia y variada que va desde el reponedor de supermercado que sigue viviendo con sus padres porque el salario no le da, ni de lejos, para alquilar una vivienda –lo de comprarla ni se le pasa por la cabeza- y que dice que su soltería no la va a romper ninguna Choni barriobajera, a ese conductor de bus que echa más horas que los antiguos serenos –horas casi todas sin cobrar- que te dice que cuando lleguen los suyos se van a acabar las paguitas para los que vienen en las pateras a quitarnos los recursos, el mismo que tiene en casa a la madre cuidada por una trabajadora dominicana, sin dar de alta, pero echando más horas que él mismo y el tacógrafo del bus que conduce juntos.

Toda esta troupe, ¿qué son? ¿Desclasados? ¿Arquetipos hispanos del sueño americano que en otro tiempo nos vendió Hollywood? ¿Actualizaciones masificadas y replicantes del tradicional carajote de toda la vida que no sabe lo que es una clase social y, por tanto, ignora a la que pertenece? Seguramente son el resultado o el impacto que provoca esa arma de destrucción cultural masiva, que se aloja en las redes sociales, que es el algoritmo diseñado y controlado por los dueños de la sociedad, un arma que opera sobre unas mentes a las que convenientemente se las educa para el letargo cognitivo. El resultado de este modelo acultural sobrepasa la tradicional e inherente al capitalismo división social, para adentrarse en algunos casos en ese peligroso territorio cultivado por los fascismos que desemboca en la violencia, primero verbal y después física, contra quienes no aceptamos ese marco de hegemonía de la ignorancia. Son estos malos tiempos para el sentido común, el sistema ha puesto de moda el canalla como paradigma y parece que sobramos quienes aún guardamos un mínimo de sentido común y de decencia, pero adónde puñetas vamos a ir, tenemos que seguir aquí, no conviviendo sino enfrentándonos a toda esta excrecencia intelectual y moral.


 

Para dar tú opinión tienes que estar registrado.

Comments powered by CComment