PEDROPA GARCÍA 

"Corre y nunca escaparás

2024-12-29

 

El infierno de Ciudad de Dios

 

Hay una frase que define de forma contundente el infierno que se vive en Ciudad de Dios, una favela de la ciudad brasileña de Río de Janeiro: Corre y nunca escaparás.  Una frase descorazonada pero realista, que nos identifica con todo lo que vamos a ver en la magnífica película, basada en una historia real, del director brasileño Fernando Miralles. Ciudad de Dios no es una película actual, se estrenó en 2002, pero debe tener su espacio en esta Claqueta, como obra maestra del cine latinoamericano. Su rodaje en la verdadera favela de Río de Janeiro fue muy conflictivo y en momentos hasta peligroso (el director ha comentado, en alguna ocasión, que, si hubiese sabido de los peligros de la filmación, no habría hecho la película). Miralles tuvo que pedir permiso y colaboración al jefe de aquellos suburbios, para poder filmar con unas adecuadas condiciones de seguridad. Le plantearon una serie de condicionantes, entre ellos que se contratara a la mayoría de los actores y extras entre la gente de la favela. Exigencia con la que el director estuvo de acuerdo y que le ayudó a conseguir uno de sus objetivos: dar una mayor credibilidad a la historia. Sin embargo, la resistencia de los narcotraficantes del lugar provocó que parte de la película se tuviera que rodar en otro lugar de Río de Janeiro, parecido a Ciudad de Dios. La trama nos muestra las dos caras del infierno en el que viven la gente en la favela: por un lado, la historia de Ze pequeño, un niño que crece impregnado de violencia, que se convierte en el dueño criminal del lugar, y por otro, la vida de Buscapé, un niño que sueña con ser fotógrafo. Dos niños en un barrio de miseria y muerte. El filme mantiene, durante sus más de dos horas de duración, un ritmo frenético con algunas imágenes realmente impactantes, de fuerte carga emocional. Está rodada de una manera no lineal, con múltiples elipsis que plantean situaciones que van encajando, argumentalmente, a lo largo de la historia. Un excelente trabajo de montaje y una fotografía espectacular completan esta obra imprescindible del cine latinoamericano. La realidad, casi obsesiva, que el director buscaba en la historia, se manifiesta en la escena del atraco del motel: los clientes eran reales, no sabían lo que estaba pasando y se alarmaron cuando oyeron disparos por las habitaciones.  Matheus Nachtergaele, uno de los pocos actores no naturales de la favela, estuvo tres meses viviendo en Ciudad de Dios, para preparar a fondo su personaje. La espectacular banda sonora refleja la cultura musical brasileña. Compuesta por Antonio Pinto y Ed Cortés, es interpretada por músicos brasileños tan famosos, como Hyldon, Raúl Seixas y Carlota Mad.
Estamos ante una película terrible, a la vez que hermosa, que como amante del cine no te debes perder. Una obra que, desgraciadamente, mantiene su actualidad, ya que las gentes y sus historias siguen malviviendo, aún hoy, en ese lugar maldito, al que paradójicamente llaman Ciudad de Dios.


 

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