31-07-2022

“Encanto” la última película de animación de la factoría Disney ha sido un proyecto que ha tardado cinco años en llegar a las carteleras de las salas de cine. Sus directores y guionistas eligieron para su historia a una familia de Colombia (los Madrigal), porque eran conscientes de que la alegría era súper importante para el desarrollo de lo que querían contar.

Y Colombia es un lugar lleno de vida y optimismo, en la que las familias grandes, el baile, la música y la comida forman parte importante de la cotidianeidad de la gente. Para eso, viajaron a Colombia y convivieron con sus familias y sus historias. Recorrieron los bellos parajes de los Andes, el valle Cauca con sus impresionantes montañas y quedaron fascinados por un minúsculo pueblecito perdido llamado Barichara del que surgió el espíritu de “Encanto”. Todo esto y, en definitiva, la esencia de Colombia aparece en la película.

Si os digo que “Encanto” nos cuenta la vida de una saga familiar mágica. Si os digo que esta familia está gobernada por una matriarca, la abuela Alma. Si os digo que viven en un pueblo imaginario de las montañas. ¿Os recuerda algo? Seguro que lo habéis adivinado: basta con convertir a los Buendía en los Madrigal, a Úrsula Iguarán en la abuela Alma y a Macondo en Encanto y ya tenemos el milagro. En efecto, el realismo mágico, ese movimiento literario, en el que lo mágico y maravilloso, se nos cuenta como algo natural y que Gabriel García Márquez universalizó en su novela “Cien años de soledad” aparece reflejado en este emociónate musical animado. Este paralelismo entre “Encanto” y la novela de García Márquez tiene su referencia más clara en las mariposas amarillas que inundan algunas secuencias de la película. En “Cien años de soledad” las mariposas amarillas persiguieron hasta su tumba a Mauricio Babilonia. Su enamorada Renata Remedios Buendía sabía que él estaba cerca sólo con ver como la casa se iba llenando de esos pequeños aleteos. En “Encanto” las encontramos revoloteando cuando Alma conoce a su amado Pedro o dibujadas en el vestido de Mirabel o al final de la historia en el emotivo abrazo entre la abuela Alma y Mirabel. Está claro que los realizadores del filme han querido rendir un homenaje a García Márquez y a su realismo mágico que tan magistralmente plasmó en su obra culmen. Pero “Encanto” es también un homenaje a la rica cultura colombiana, a la biodiversidad de este país, a sus trajes regionales y a su variada gastronomía.

La película, como todas las producciones Disney, nos deja una serie de aprendizajes y enseñanzas, que en esta ocasión giran en torno a que siempre debemos ser lo que queremos ser y no lo que la familia espera de nosotros. Se nos presenta a unos personajes con superpoderes (superfuerza, controlar el tiempo, curar enfermedades, hablar con los animales…), pero que no consiguen ser felices, porque no siempre pueden cumplir con las expectativas que la abuela matriarca espera de ellos.  Por su parte Mirabel, la protagonista de la cinta, a diferencia de su familia no posee ningún don y se siente frustrada al pensar que es una decepción para los demás. Sin embargo, cuando Mirabel se acepta tal como es y actúa según sus propias creencias, es cuando consigue sacar a flote toda su innata genialidad. Por tanto, la moraleja está clara: la búsqueda constante de la perfección solo nos puede llevar a la frustración y a la ansiedad, o lo que es lo mismo, el perfeccionismo va de la mano de la infelicidad, porque la vida ya es de por sí imperfecta.

No puedo terminar este comentario sin hacer mención a la música de “Encanto”. Sin duda, es una de sus principales protagonistas: las maravillosas canciones que engalana la magistral coreografía de la película nos llevan desde la alegría a la tristeza y desde el optimismo al miedo, con ritmos que van desde el vallenato hasta la cumbia, pasando por el mapalé, el joropo y el bambuco, todos ellos originarios de Colombia. También se mueven por la pantalla ritmos de salsa, mambo e incluso reggaetón, en unos temas compuestos por Lin-Manuel Miranda interpretados por Carlos Vives. Un auténtico musical que pone a los espectadores a bailar a la salida del cine.

Pues bien, estos son todos los ingredientes que justifican mi recomendación de que vean esta película, ganadora de los últimos premios Óscar en su versión de mejor película animada.

 

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