6-11-2022


“Jamón, jamón” la película que supuso la primera aparición juntos en pantalla de Penélope Cruz y Javier Bardem ha cumplido 30 años y para celebrarlo ha sido especialmente recordada en la Semana Internacional del Cine que aún, cuando escribo estas líneas, se está celebrando en la ciudad castellana de Valladolid. Los jamones de la pelea final entre los dos protagonistas, los “huevos” del famoso anuncio del toro de Osborne, la moto Yamaha de Bardem, la recurrente máquina tragaperras del bar de carretera y el vestido rojo de Penélope, quizás lo más icónico del film, se pueden contemplar en una exposición con la que se ha querido homenajear a esta obra intemporal del ya fallecido director catalán Bigas Lunas.

Asimismo, se podrán ver carteles, guiones, pruebas, bocetos y esquemas argumentales de la película. La muestra también contará con la banda sonora original de la cinta, los nueve temas creados por Nicola Piovani, así como con ambientes sonoros de algunos espacios recreados con fragmentos de diálogos icónicos de la película. La exposición permanecerá abierta al público hasta el 22 de noviembre y posteriormente se convertirá en una muestra itinerante que pasará, entre otras ciudades, por Zaragoza, donde permanecerá hasta el 31 de diciembre, y que se pretende que finalice en Málaga coincidiendo con su festival de cine, que tendrá lugar entre el 10 y el 19 de marzo. El homenaje a Bigas Luna y su película ha contado también con la proyección de una copia restaurada en un teatro de Valladolid con la presencia de gran parte el equipo que participó en su rodaje.

Y quizá os preguntéis si todo esto es merecido. Creo que sí, porque “Jamón, jamón” es para mí una de las películas más transgresoras, provocadoras y sorprendentes de la historia de nuestro cine. Forma parte de la que Bigas Luna llamaba la trilogía ibérica, junto con “Huevos de oro” (1993) y “La teta y la luna” (1994), con la que el director catalán desarrolló un estilo muy particular, donde el sexo, la comida, y los paisajes más cotidianos de nuestro entorno formaron un conjunto explosivo en la pantalla. En “Jamón, jamón” nos encontramos con todo esto: tortillas, ajos, cerdos, tetas, chulos, burdeles, carreteras secundarias y   el toro de Osborne o más bien sus testículos, sin duda, lo más simbólico de la película. Y con estos ingredientes se nos presenta una visión muy acertada de una parte de la cultura profunda de una España en una época muy determinada, en la que lo cutre y lo hortera, campaba a sus anchas. Plagada de escenas tórridas es también una representación de las pasiones humanas, a través de la vida de unos jóvenes, Silvia y Raúl. Ellos eran Penélope Cruz, una chica de Alcobendas con 18 años recién cumplidos y Javier Bardem, un joven con un apellido ya famoso en el cine español. Treinta años después estos dos personajes cinematográficos, además de una famosa pareja, son dos estrellas que han obtenido todos los premios que pueden existir en el mundo del celuloide. “Jamón, jamón” se rueda entre las provincias de Zaragoza y Huesca en la comarca de los Monegros de Aragón. Debido al enorme éxito de la película se creó la empresa Monegros Film Comisión que organiza rutas guiadas para visitar los escenarios del rodaje. Como ya he comentado su escena más recordada tiene lugar bajo el famoso toro de Osborne de la carretera de Peñalba. Bardem tenía que romper los enormes “huevos” del toro a puñetazos, pero tuvieron que intervenir los encargados de los efectos especiales, porque era imposible romper aquello a golpes. Días después del estreno el director invitó al actor a comer a su casa y éste quedó sorprendido cuando contempló colgados en la pared del salón los “huevos” del famoso toro. Esto habla un poco de la excentricidad de Bigas Luna. Otra escena memorable es el duelo a jamonazos entre Jordi Mollá y Javier Bardem. Es la secuencia con la que finaliza la película y que supone la culminación dramática, a pesar de los jamones, de ese triángulo amoroso y pasional de la historia. Bigas se inspiró para el rodaje de esta escena en “El duelo a garrotazos”, una de las pinturas negras de Goya.

“Jamón, jamón” fue la ganadora del León de Plata en Venecia en una edición que será recodada por el polémico y controvertido discurso del director en el que llegó a decir: “Amo a las mujeres mediterráneas porque saben dar de comer, el amor y la belleza se disfrutan comiéndolos y esto es imposible que lo entienda un anglosajón”. 


 

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