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PEDROPA GARCÍA "Es la película que representará a España, |
2025-10-05
Sirat. Trance en el desierto
Cuando me dispuse a ver Sirat, la última película de Óliver Laxe, no las tenía todas conmigo. O que arde, su anterior película, me dejó un sabor agridulce, por ser un cine excesivamente minimalista que en mi opinión adolece de falta de intensidad narrativa. Sin embargo, con Sirat, el director gallego da un salto de calidad con una propuesta sorprendente y arriesgada. Si me preguntáis dónde situaría a Sirat dentro de los arquetipos cinematográficos, os podría decir de manera simplista que estamos ante una sencilla historia en forma de road movie. Pero os estaría engañando, porque Sirat no es solo eso. Estamos ante una película inclasificable integrada en el llamado cine de la crueldad. Un cine que ha provocado abandono en las salas y algún rechazo furibundo en las redes sociales. Por mi parte, pienso que este tipo de cine maldito es muy necesario para sacar de su zona de confort a ese espectador español acostumbrado a ver un cine convencional que no le transmite demasiadas inquietudes. Yo prefiero un cine, y es cuestión de gustos, que me propine algún que otro revolcón y me despierte a bofetadas de la butaca. Para ese público que se acomoda y no quiere que le interpelen de ninguna manera, Sirat es una película incómoda que no van a entender. Porque nos enfrentamos a una historia cruel, quizá excesivamente cruel. Pero ¿es qué la vida no lo es?, ¿es que la realidad no supera casi siempre a la ficción? Podemos pensar que los personajes no se merecen tanto sufrimiento, que su dolor es injustificado. Y pudiera ser verdad, si no creyera que a quién Oliver Laxe pretende maltratar es al espectador, a través de la falta de compasión con sus personajes. Estamos ante un cine diferente, radical, sin tapujos. Rodada en planos largos, en la intemperie de un desierto implacable, con una fotografía hipnótica que recoge la abrumadora inmensidad de un paisaje hostil. Laxe juega con lo intuitivo, creando algo que parece irreal donde cada sonido, cada paso en el polvo tiene su propio significado. Las escenas del baile de rave son reales y el propio Laxe hace un cameo en una de ellas. Además de la profunda interpretación de Sergio López, como el padre que busca a su hija y el niño Bruno Núñez, hijo y hermano, que parece no actuar por su increíble naturalidad, aparecen en Sirat, auténticos raveros, que, sin ningún tipo de formación actoral, parecen haber actuado toda su vida. El sonido que escuchamos es tan brutal como las imágenes: música tecno, gritos, motores y el latido silencioso del desierto.
Sirat, una historia imprevisible que fascina y destroza al unísono, un cine de autor envuelto en una experiencia sensorial, que te remueve por dentro. Es la película que representará a España, en la categoría de Mejor Película Internacional en los próximo premios Óscar.
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