PEDROPA GARCÍA

 "Personajes marcados por el desamor, los engaños y una insatisfacción vital que les impulsa a crear un mundo propio, desconocido para los demás.

2024-08-25

 

Solo las bestias

 

La desaparición de una mujer es el pretexto de una historia compleja y oscura que transcurre por un pueblecito nevado del centro de Francia. Con un guion difícil de digerir, compuesto de piezas heterogéneas que finalmente van encajando como un endiablado rompecabezas, el director francoalemán Dominik Moll nos presenta en su última película, una historia sórdida, donde nada es lo que parece. Solo las bestias se estructura en cinco mini capítulos, que son, a su vez, la historia de cada uno de los personajes que, sin relación aparente, se cruzan hasta completar un extraño puzle. Lo que prima es cómo se cuenta, más que lo que se cuenta. Lo que sucede puede que no sea lo más importante, hasta el punto de que por momentos hay situaciones poco verosímiles. La cámara juega con la repetición de escenas desde puntos de referencia diferentes, que son solo la distinta percepción que de lo que ocurre, experimenta cada uno de los protagonistas. Una técnica cinematográfica apasionante que, por recordar algún antecedente, ya utilizó Gus Van Sant en su personalísima Elephant. Quizá un poco exagerados los excesivos giros de guion que pueden despistarnos en sus dos horas de metraje. El montaje es excelente, con largos y bellos planos de la zona montañosa del interior francés. La historia está magnífica, narrada, no dejando ningún detalle suelto para completar el enredo que poco a poco se va resolviendo. Basada en la novela homónima de Colin Niel, Solo las bestias, es un thriller ingenioso que dibuja una imagen sorprendente de la soledad y de la búsqueda de afecto que nos hace trágicamente vulnerables.

Personajes marcados por el desamor, los engaños y una insatisfacción vital que les impulsa a crear un mundo propio, desconocido para los demás.

Una película sobre la trascendencia que las casualidades pueden tener en el transcurso de una vida. Rodada en dos escenarios muy diferentes separados a miles de kilómetros, como son el interior de Francia y Costa de Marfil. Aparecen, como elementos recurrentes, unos paisajes nevados atravesados por largas carreteras secundarias, donde en medio de la nada se descubre un asesinato. Aquí el filme me recuerda inevitablemente a Fargo, aunque se echa de menos el humor negro de los Coen. Durante el rodaje murió el técnico de rodaje Thierry Kafando, al que se ha dedicado el filme. El actor Denis Ménochet, que luego nos deslumbraría en As Bestas de Rodrigo Sorogoyen, realiza un soberbio y contundente papel, aunque, como película coral, ningún protagonista destaca sobre los demás, ya que Moll ha procurado compartir el valor de cada uno de ellos en el desarrollo de la historia. Laure Calamy, Valerie Bruni (hermana de Carla Bruni), Damien Bonnard y Bastien Bouillon completan un magnífico reparto. 

La banda sonora es del compositor alemán Benedikt Schiefer, destacando el tema Tu t´en vas, cuya letra capta fielmente el espíritu de la historia (tengo miedo del invierno y del frío, tengo miedo al vacío, a la ausencia, tú te vas, los pájaros ya no cantan).

Os dejo con Solo las bestias, una película claustrofóbica, que os va a enredar en una tela de araña enigmática de la que no podréis escapar hasta su sorprendente final. Una película inquietante por su intensa densidad, y que os hará reflexionar sobre si no son los humanos los auténticos animales de este mundo.


 

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