Y tras la muerte… el ser humano deja de existir, del mismo modo que no existía antes de nacer. El alma abandona el cuerpo. El lugar al que se dirige queda ya al criterio de las creencias de cada cual. Pero este ya es otro tema.
2023-01-15
El ciclo de la vida humana se entiende como el proceso de crecimiento y desarrollo que atraviesan las personas desde que nacen hasta su muerte. La vida transcurre para todos, sin que se pueda detener este tren en la estación que cada uno desee. El viaje empieza para cada ser en la misma estación y continúa, indefectiblemente, hasta la última pasando por todas las intermedias. Nadie lo puede evitar; es el trayecto a recorrer, y quien lo abandona antes, por propia voluntad, rompe de forma trágica y dolorosa la ruta que todo humano debe transitar.
El ciclo de la vida se divide en cuatro etapas básicas: nacimiento, juventud, adultez y vejez. Las personas nacen, crecen, se reproducen y mueren. Desde el momento de nacer hasta la juventud, en ese proceso de crecimiento, se requieren una serie de cuidados a cargo de los padres o tutores. Desde la juventud, tras la adolescencia, hasta la edad adulta, se adquieren los aprendizajes necesarios para prepararse para la adultez. Desde la edad madura hasta la vejez, alcanza su plenitud la capacidad de reproducción, afianzándose las relaciones sociales y laborales. Por último, en la llamada tercera edad, las personas son más frágiles en el aspecto físico, junto a un deterioro cognitivo, que provoca la necesidad de más cuidados y descanso; como si volvieran a ser niños.
Así, la vida de una persona se representa de forma circular, empezando y terminando en el mismo punto, lo cual resulta curioso. El bebé, tras su nacimiento, precisa los cuidados de sus progenitores, que lo protegen y marcan el camino a lo largo de su desarrollo, al igual que los profesores que imparten los conocimientos que en un futuro ese pequeño va a necesitar. Ese niño crece, se convirtiéndose en adolescente y luego en un joven que goza cada vez de mayor independencia y capacidad para regir su vida hasta que llega a la mayoría de edad y entra en la vida adulta. En este momento, y de forma inversamente proporcional al aumento de capacidades de los hijos, van disminuyendo la de los padres, los mismos que tras el nacimiento representaban todo el mundo de estos hijos ahora adultos; y los mismos hijos adultos que terminan convirtiéndose en el bastón de apoyo de unos padres débiles e indefensos, igual que lo eran sus hijos cuando nacieron.
Y tras la muerte… el ser humano deja de existir, del mismo modo que no existía antes de nacer. El alma abandona el cuerpo. El lugar al que se dirige queda ya al criterio de las creencias de cada cual. Pero este ya es otro tema.
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