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LECTURAS "La iniciativa de Putin de invitar a Kiev a una confrontación directa es, ante todo, una jugada de ajedrez que no... |
2025-05-18
¿Estambul 2?
Enrico Tomaselli
14 de mayo de 2025
https://www.facebook.com/enrico.tomaselli/
Estos días se discute mucho sobre si Putin llegará o no a Estambul, dónde lo estará esperando Zelensky y adónde llegará también Trump, que nunca perdería una oportunidad fotográfica así, como un halcón. Personalmente soy muy escéptico sobre esto. En primer lugar, porque daría la impresión de que Putin está permitiendo de alguna manera que Zelensky dicte su agenda, y luego porque sería, obviamente, una reunión puramente mediática, sin ningún valor real, mientras que negociaciones similares (que requieren mucho tiempo) solo al final conducen a una reunión cumbre, que sirve para sellar los acuerdos ya establecidos. Hasta ahora, la estrategia de Rusia ha sido la de no aparecer nunca como alguien que se opone a una solución negociada del conflicto, sino también como alguien que tiene ideas muy precisas sobre los posibles términos para alcanzar ese resultado. En cambio, es el frente occidental —desde Trump a Zelensky, desde Starmer a Macron, Mertz, Tusk y todo el carro europeo— el que no tiene una estrategia, ni para las negociaciones ni para el conflicto. El resultado es que Moscú puede jugar fácilmente en ambas mesas, tanto la de reanudar las relaciones con Washington (y, posiblemente, las negociaciones para poner fin al conflicto), como la de completar la Operación Militar Especial, hasta que se alcancen los objetivos establecidos. Además, actuar en ambos niveles permite al Kremlin no sólo calibrar adecuadamente la presión, sino también aprovechar el progreso de una mesa sobre la otra.
En esto, Putin seguramente coincide con la orientación de Trump, quien, ante la dificultad de alcanzar rápidamente un acuerdo (y una retirada estadounidense del conflicto), muestra una clara intolerancia hacia las negociaciones a largo plazo y prefiere separar la cuestión de las relaciones ruso-estadounidenses de la de las negociaciones sobre la guerra. Por otra parte, la dificultad reside enteramente en el bando occidental, y no sólo en la falta de una estrategia. Para Trump, los problemas fundamentales son la necesidad de acelerar el proceso, la resistencia de sectores de su propia administración a desvincularse de Kiev (el enviado Kellogg, el propio Rubio...) y, sobre todo, la incapacidad de doblegar la resistencia ucraniana y europea, haciéndole aceptar el enfoque americano. Este último punto, en particular, priva a Trump de la posibilidad de negociar eficazmente, tanto en lo que respecta al conflicto cinético como en lo que respecta a un reajuste del equilibrio de seguridad mutua en Europa.
La separación entre dos niveles diferentes (la guerra ruso-ucraniana y las relaciones ruso-estadounidenses), basada en la prevalencia de los intereses estratégicos estadounidenses, se convierte así en una oportunidad conveniente que Kiev y Bruselas, con su extremismo, ofrecen en bandeja de plata. Y esto es exactamente lo que ocurre en Oriente Medio, donde el extremismo de Netanyahu ofrece la oportunidad de eludirlo desarrollando acuerdos (con Yemen, con Irán, con los países del Golfo, incluso con Hamás) que separan claramente los intereses de Washington de los de Tel Aviv.
La iniciativa de Putin de invitar a Kiev a una confrontación directa es, ante todo, una jugada de ajedrez que no pretende, en realidad, abrir una negociación; no por mala fe, sino por puro y simple realismo. Por lo tanto, no habrá una especie de Estambul 2, también porque la experiencia de Minsk 2 todavía duele.
Por mucho que los medios occidentales, especialmente los europeos, intenten presentar una narrativa que ya está lejos de la realidad, como una novela de ciencia ficción, es Zelensky (y sus partidarios europeos) quienes están contra la pared.
Al fin y al cabo, tanto Putin como Trump no serían en absoluto hostiles a la posibilidad de que las cosas resultaran de tal manera que Europa, para usar las palabras de Karaganov, saliera "con la columna vertebral rota".
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