...  seguir haciendo ricos a los cercanos

2024-06-02

Triste realidad

Nunca creí tener que pensar que, en mi país, en mi generación, viviríamos peor que nuestros padres. Ellos que crecieron siendo los hijos del terror y el odio, porque eso es lo que llevó a sus padres, tíos y abuelos, a matarse unos a otros y otros a los unos, en una cruenta guerra civil. Incluso llegaron al acuerdo nacional que nos llevó directamente de una dictadura a una democracia. Incluso pensaron y crearon leyes que nos llevaba de una situación a la otra. De ahí, que uno de sus grandes pensadores, gran jurista, por cierto, como fue Torcuato Fernández Miranda, todavía se le recuerda por una de sus grandes afirmaciones: de la ley a la ley a través de la ley. Para con ello, y a través de un gran consenso, largamente buscado, terminaron con la posibilidad de cualquier otro enfrentamiento y/o imposición, que no fuera el del imperio de ley. Incluso esas Cortes constituyentes crearon y votaron una Constitución que más tarde votó y aprobó por una amplísima mayoría el pueblo español en un referéndum.

Y así empezamos a navegar por esas aguas tan buscadas de democracia. A un gobierno, le seguía otro y otro. Y cada uno iba dejando su impronta a través de leyes, unas veces eficaces y otras veces, no tanto. Eso lo asumíamos los españolitos de a pie, unos porque creíamos en ese o aquel gobierno de turno. Sin embargo, no todo fue tan fácil y bienvenido. Ya que empezaron a cogerle el gustillo a mentir, unas veces para retorcer la ley fundamental y otras, para tapar sus vergüenzas. Llámese robo, corrupción, incluso guerra sucia y crimen de Estado. Y todo ello, mientras éramos terriblemente golpeados por el terrorismo asesino de ETA. A todo se le hizo frente. Y lo hicimos como pueblo, unidos y confiados, porque nos sentíamos protegidos por el imperio de la ley.

Pero todo eso parece haber terminado, con este gobierno, encabezado por Pinocho I, el trilero. Y sostenido, a cambio de grandes prebendas por PNV, Sumar, o sea comunistas pijos, pistoleros y golpistas. Porque ya se sabe que: a río revuelto, ganancia de pescadores. Para de esa forma

seguir haciendo ricos a los cercanos

y arrinconando al resto, mientras no se piense en otra cosa, porque ya no me extraño de casi nada. De esa forma hemos entregado el Sahara al sátrapa de Marruecos, mientras nos chulea mandándonos más y más inmigrantes sin control, tantos que ya no sabemos, ni podemos gestionar de forma correcta. No les damos medios a nuestra policía, pero sí se lo regalamos a ellos. A cambio nos inundan también de droga, porque esa es la vía de entrada de la gran mayoría para consumo europeo. Ahora se va a aprobar la mal llamada ley de amnistía, que debería ser conocida como de la infamia. Porque no es que vaya contra la Constitución, que también. Si no que acaba con ella, que para eso ha ido copando de forma inmoral todas y cada una de las instituciones del estado. Salvo uno de los poderes, que, por definición, es imprescindible para que una democracia sea tenida como tal. Ya que sin independencia más allá del imperio de la ley, no es, ni puede ser llamado poder judicial, que imparta Justicia. Que, por otro lado, es la última garantía de que la democracia y la libertad se garantice. Y lo hace con muestras, al menos en apariencia, de un inmenso trile, como es, que es lo que, según nuestro amado líder, al más puro estilo de Chaplin, es una petición de la soberanía popular, porque yo lo valgo. Paralelamente,

ha reconocido a Palestina, de forma unilateral, como estado.

Algo que, a mi juicio, debería haber consulado al resto de su gobierno, y quizás también, al resto de grupos políticos con representación parlamentaria. Cosa que hasta a una persona más bien inocente, por no decir no demasiado lista, como yo. Puede pensar y ahora que, si no existe lo reconocido, quién y como creará sus fronteras. Entre otras muchas cosas más. Los demás Estados, a lo mejor, tienen algo que decir al respecto. Encima da la impresión de que lo que realmente se premia, es al terrorismo, a la violencia, a la extorsión. Algo que aquí está más que comprobado con el terrorismo etarra, ha tenido éxito. Porque algún iluminado interesado pintó a sus dirigentes, como gente de paz. Ahora tienen gran influencia en las decisiones que se toman en el gobierno. Algo similar podríamos decir para el apoyo de los golpistas y malversadores catalanes. Ya que son los que, al menos en apariencia, gobiernan. Y todo gracias a su apoyo a demanda y previo pago, en el parlamento.

Y, para terminar, aflora un tufo a corrupción que tira de espaldas. Ya que, durante esos dos estados de alarma, que nos tuvo incluso confinados en casa, se estaban forrando con las mascarillas. O un poco más tarde, con ayudas y rescates gubernamentales, o sea a cargo del presupuesto, y tratadas con carácter reservado, por lo que hasta hace muy poco se sospechaba. Que hay implicadas siempre las mismas personas, Begoña Gómez, sus valedores Aldama y Barrabés, así como altos funcionarios digitales. O sea, de libre designación. Al tiempo que los demás las pasamos canutas para llegar a final de mes. En fin, como decía una pintada que vi hace muchos años en una tapia: Dios ha muerto, Marx ha muerto y yo, me estoy poniendo muy malito.