Con gafas o sin gafas estamos ante el fenómeno cinematográfico del 2022, tres horas y cuarto de un espectáculo absoluto, en el que cada fotograma está lleno de detalles de gran belleza. Con solo unos días de su estreno mundial promete ser la película más taquillera de todos los tiempos. Como ha dicho su productor Jon Landau en una entrevista “Avatar: El sentido del agua” no es una película para ver, sino para experimentar. No se la pueden perder.
2023-01-15
La primera sensación que experimenté cuando fui a ver “Avatar: El sentido del agua”, es que esta película había conseguido la vuelta de la gente al cine. Después de trece años James Cameron nos traslada de nuevo a Pandora, un satélite con abundantes recursos naturales que alberga formas de vida inteligente y que se encuentra a unos 4,37 años luz de distancia de la Tierra.
Corría el año 2009 cuando llegó al cine una película diferente, un espectáculo visual, casi hipnótico, que marcó un nuevo rumbo en el campo de los efectos especiales. Por aquel entonces conocimos el universo Avatar, un mundo de imágenes fantásticas y asombrosas, en tecnología 3D, que se nos quedaron grabadas en la retina y que nos brindaron la oportunidad de poder pisar, de una forma casi real, un nuevo y extraño mundo. Su creador fue un tal James Cameron, un director de cine nacido en Canadá al que de pequeño le gustaba perderse en un bosque cercano a su casa, donde jugaba a descubrir todo lo que escondía la naturaleza. El mundo de Avatar y su historia estuvo presente en su mente desde que era niño. Todo empezó como una novela corta sobre un mundo más allá de lo imaginable. Pero cuando James Cameron planteó su idea en la empresa de efectos visuales en la que trabajaba como director, la respuesta fue contundente: “No podemos hacer esto, nadie puede hacerlo”. Sin embargo, con motivo de otra película “Brother termite” en la que un alienígena interactuaba con los humanos, se hicieron pruebas de captura de movimiento a través de un proceso de interpretación facial basado en imágenes. Entonces se dieron cuenta de que la película “Avatar” era posible. Y vaya que lo fue. Sabían que habían sido partícipes de un proyecto que siempre se recordará como un momento importante en la historia del cine y la acogida de “Avatar” por el público fue increíble en todo el mundo. Ahora nos llega la segunda parte, más espectacular y emocionante, con un contundente mensaje ecologista. Y lo hace continuando con la historia de los Na‘vi, una especie de humanoides extraterrestres de color azul, que nos demuestran que es posible vivir en armonía y equilibrio natural en Polifemo y su luna Pandora. La idea principal es la importancia de proteger nuestro planeta. “Allí no queda verde, destruyeron la naturaleza y vienen aquí para hacer lo mismo” es la sentencia del líder del pueblo avatar Jake Sully. Pero James Cameron va más allá y nos transmite ahora la idea de la importancia del fortalecimiento de los lazos familiares, basándose en su propia experiencia como padre de cinco hijos. “Avatar: El sentido del agua” cambia el escenario del bosque y nos lanza a los fondos marinos repletos de criaturas fascinantes. La mayor parte se rodó bajo el agua combinando las secuencias marinas reales con las técnicas de la captura de movimientos, un procedimiento que tardaron un año y medio en desarrollar y que nunca antes se había logrado en las filmaciones cinematográficas debajo del agua. Los diseñadores de producción Dylan Cole y Ben Procter que fueron los creadores de la nueva Pandora, construyeron cuatro tanques de agua como enormes platós donde se grabaron a los protagonistas, tanto dentro como fuera del agua. Casi todo el elenco tuvo que aprender técnicas para aguantar la respiración dentro del agua por hasta 8 minutos continuos. Las escenas de acción de la espectacular hora final son proyectadas en las pantallas de los cines a 48 imágenes por segundo para evitar las distorsiones que se producen con el excesivo movimiento, sobre todo en la tecnología 3D. Como dato curioso, James Cameron nos toca la fibra sensible y aprovecha la ambientación acuática para recordarnos, en las últimas secuencias, a su inolvidable “Titanic”.
En cuanto a la banda sonora, la muerte en accidente del compositor James Horner, autor de la primera parte de la saga dejó huérfana a Pandora de su identidad musical. Ha sido el músico inglés Simon Franglen, el que ha cogido el relevo en la realización de la nueva banda sonora, que se ha convertido en un homenaje a Horner.
Con gafas o sin gafas estamos ante el fenómeno cinematográfico del 2022, tres horas y cuarto de un espectáculo absoluto, en el que cada fotograma está lleno de detalles de gran belleza. Con solo unos días de su estreno mundial promete ser la película más taquillera de todos los tiempos. Como ha dicho su productor Jon Landau en una entrevista “Avatar: El sentido del agua” no es una película para ver, sino para experimentar. No se la pueden perder.
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